La panelista abrió su corazón para sacar a la luz un tema sensible, que se replica en todas las escuelas a nivel mundial. Hoy le toca atravesarlo con su hija más chiquita y, lógicamente, la angustia se hace presente en su alma.
Cinthia Fernández, que días atrás fue noticia por la faraónica obra que está haciendo en su cosa, aprovechó la pantalla de Momento D, donde es panelista, para contar lo que está atravesando una de sus hijas en el colegio. Un tema serio y para prestar atención. Más allá de las campañas que se multiplican para generar conciencia, el bullying en los colegios sigue latente y ya no es una cuestión de instituciones de gestión pública o privada, acá no hay diferencias.
Fernández que es madre de las mellizas Bella y Charis y de Francesca, de su relación con Matías Defederico, comentó: “Hace dos semanas vengo con este tema del bullying. Se están burlando de una de mis hijas con una cuestión física. Una de mis hijas tiene una dificultad física. No voy a exponer ni especificar cuál, yo ya lo he dicho públicamente”.
Por otro lado, dando más detalles sobre el tema, remarcó: “Están dale que te dale, que te dale, dos compañeritos. Una nena y un nene de segundo grado. Mi hija vino y me dijo que no quiere ir más al colegio. Para colmo, se le fue la mejor amiga que era la contención.
“Yo fui e hice todos los pasos que tenía que hacer. Fui al colegio a hablar con la psicopedagoga y me dijeron que se iban a ocupar, que sabían la existencia de este problema, porque no solo son burlas, sino insultos”, agregó Fernández, preocupada por la situación.
De armas tomar, comentó que se comunicó con uno de los padres, con la que tiene más relación. Agregó que con los padres del otro chico no porque no comparte varias cosas. “Fue muy receptiva, pero me dijo que estaba pasando una situación personal, porque se está separando y un montón de cosas, y que su hijo es bueno. Como siempre justificando”.
Esa respuesta no la convenció, y explicó que la próxima va a accionar: “Pasó esta semana y hoy volvió el tema a mi casa, entonces tuve que volver a hablar con el padre. Pero mi hija vuelve a llegar llorando y no tengan dudas que voy a tener una mala reacción, porque yo ya estoy harta. Las cosas vienen de la casa, y de la segunda casa que es la escuela, donde mis hijas pasan ocho horas”.