Contó que luego de una noche de descontrol, se despertó desorientado, con las uñas pintadas, la billetera vacía y con varias llamadas de Mimi por Skype.
El Tirri Giugno supo destacarse como percusionista en Los fabulosos Cadillacs, pero los más jóvenes, seguramente, lo conocen como el primo de Marcelo Tinelli. En un momento regresó de Estados Unidos y se puso a trabajar con el conductor de ShowMatch. En alguna oportunidad comentó que tanto él como su pareja, Guillermina Valdés, fueron claves para alejarse de las adicciones.
Hoy en otra etapa de su vida, se permite hablar de esa atapa oscura vinculada al consumo desmedido de alcohol. De ese periodo que lo llevó a la perdición y que en más de una oportunidad lo tuvo al borde del precipicio, a punto de caer al vacío. Sus familiares fueron los que más padecieron esta etapa amarga.
Contó que arrancaba temprano tomando whisky y que el vodka era su perdición. Abría una botella y no paraba hasta finalizarla, para juego abrir otra. Esto que le contó a Hola!, lo llevó a abrir otra puerta y contar cómo fue la peor noche de su vida. “Una vez, con mi productora habíamos vendido dos shows de Charly García y Fito Páez en Colombia e hice cualquiera”.
“Me había prometido no tomar durante ese fin de semana y me choqué por la calle con el Museo del Vodka –era como si el Diablo me lo hubiera puesto ahí–. Entré y me compré dos botellas grandes. De ahí en más, no me acuerdo de nada. Me desperté el lunes con las uñas pintadas con notas musicales, Mimi llamándome por Skype, la billetera tirada en la habitación…”, agregó el Tirri.