«No pude jugar más en Nueva Chicago por una lesión y no sabía que iba a ser de mi vida», confió entre lágrimas el entrenador del equipo que logró el ascenso a la Liga Profesional.
Rodolfo De Paoli se convirtió anoche en un caso inédito en la historia del fútbol argentino, ya que es el relator televisivo del seleccionado argentino y simultáneamente el entrenador de Barracas Central, con el que ascendió a primera división y lo dirigirá en la Liga Profesional, algo sin antecedentes en el país.
«El fútbol me salvó. Yo amo al fútbol por encima de ser relator o cualquier otra cosa y estoy conmovido porque una vez no pude jugar más en Nueva Chicago por una lesión y no sabía que iba a ser de mi vida», confió entre lágrimas De Paoli tras consumarse el ascenso por penales ante Quilmes en la final del Reducido de la Primera Nacional.
«Esto es solamente de los jugadores, porque yo solamente los acompañé. Y a mi me pasa que desde que era ayudante de campo en Defensa y Justicia a muchos futbolistas les extrañaba que un relator les diera instrucciones en los entrenamientos», le explicó De Paoli al canal para el que trabaja.
Y remarcó por eso su «agradecimiento al periodismo por tener en el relato una salida laboral después de ser un futbolista anónimo al que no ayudaron en su momento. Por eso yo trato de hacerlo con mis dirigidos. Y esto lo hago desde que abracé la carrera de entrenador hace ya 14 años», avisó.
«La verdad que hoy es el día más feliz después de un año tan difícil, donde la pasamos mal. Se lo dedico a mis viejos y a un amigo, Ricardo (Caruso Lombardi), que se la pasó criticando a este equipo», ironizó por su parte el capitán del conjunto albirrojo, Iván Tapia, hijo del presidente de AFA, Claudio, y hermano del titular de Barracas Central, Matías.
Caruso Lombardi no tardó en responderle a través de su cuenta de twitter, donde le devolvió la ironía preguntándole «porque no jugó las finales (pechito frío)». Y agregó: «la final fue normal, pero lo anterior para llegar a lo de hoy fue tristísimo», en alusión a algunos fallos que habrían favorecido al «Guapo» durante el campeonato.
«Como él, también pasé un año difícil después de tantos viajes, porque estaba jugando en Portugal (Famalicao) y volví para lograr este ascenso», compartió sentimientos Fernando Valenzuela, autor del quinto y decisivo penal que le dio el ascenso a su equipo.
«Yo había dicho que quería patear el quinto penal pero el designado era Carlos Arce, que al llegar esa instancia me lo dejó cuando tomé la pelota y caminé hacia el arco. Al principio pensé en picarla, porque Rodrigo Saracho es un arquero muy grande, pero mientras avanzaba hacia la pelota cambié de idea», confesó el santiagueño de 24 años que supo participar de los Juegos Olímpicos Tokio 2020 con el seleccionado argentino.
«Nos ninguneaban y ascendimos, que era algo que le dije al presidente del club cuando llegué: que quería jugar en primera división. Lo tengo firmado», afirmó finalmente el experimentado arquero Maximiliano Gagliardo, nacido en Chivilcoy hace 38 años y que venía de Arsenal, de Sarandí. Del equipo de la familia Grondona a la de los Tapia.