Fue tras su sorpresivo accionar contrario a los intereses de la gestión libertaria.
El Gobierno aludió a la división de poderes y sostuvo que «no corresponde» hablar o pedirle explicaciones al flamante juez de la Corte Suprema de Justicia, Manuel García-Mansilla, por haber votado en contra del pedido de licencia del aspirante a sumarse al máximo tribunal, Ariel Lijo.
«No corresponde», enfatizó uno de los principales colaboradores del presidente Javier Milei en diálogo con un grupo de periodistas acreditados en Casa Rosada que lo consultaron acerca de si contactarán a García Mansilla luego de su sorpresivo voto contrario a los intereses de la gestión libertaria.
Sucede que el nuevo integrante de la Corte fue propuesto por el Gobierno y su voto en contra del pedido del otro magistrado que promueve el oficialismo para el máximo tribunal no pasó por alto.
«Ni nos sorprende, ni nos deja de sorprender. Manuel es un juez probo que vota siempre conforme a derecho», sostuvo la misma fuente, buscando minimizar el desconcierto que generó el particular accionar de Manuel García-Mansilla.
En algunos sectores interpretaron que el voto del nuevo miembro de la Corte fue para deliberadamente desmarcarse de la noción de que García-Mansilla será el hombre del Gobierno dentro del máximo tribunal.
El pliego de Lijo estuvo a punto de ser tratado en el Senado, tras obtener dictamen, el 20 de febrero en el marco de las sesiones extraordinarias, pero LLA logró alcanzar un acuerdo con el kirchnerismo.
Tras esto, el oficialismo buscará volver a intentar a tratar el pliego en la Cámara alta.