Durante la conferencia de prensa matutina, Manuel Adorni, vocero presidencial, anunció medidas destinadas a «poner fin a los privilegios en la política y abordar la crisis económica que enfrenta el país.» El evento, que usualmente comienza a las 8 de la mañana, se retrasó hasta las 11.
El vocero destacó que el Gobierno pretende «terminar con los privilegios de la política» y detalló una serie de acciones. Entre ellas, la venta de autos y aviones oficiales, la reducción del número de choferes para funcionarios y la disminución del gasto en seguros para obras de arte en la Quinta de Olivos, que reveló como un ejemplo de pagos discrecionales.
Informó que el ajuste propuesto por la administración mileísta busca ahorrar aproximadamente 3 mil millones de dólares anuales, enfocándose principalmente en los gastos de funcionamiento. «El tema de choferes y este privilegio que tiene buena parte de la política, los funcionarios con choferes, que resulta absolutamente irracional… Esto se va a reducir en un 50%, al margen de la reducción de la cantidad de funcionarios», afirmó Adorni.
Además, confirmó la implementación de paritarias libres ante el aumento del costo de vida, indicando que el Gobierno no intervendrá en las negociaciones salariales. En cuanto a la flota oficial destinada a los funcionarios, Adorni anunció una reducción y la posterior reasignación de vehículos en condiciones, destinando algunos a las fuerzas de seguridad y comercializando el resto.
Un anuncio contundente fue la decisión de vender dos aviones de la empresa YPF, utilizados mayormente por la política, como parte de la estrategia para «poner fin a los privilegios». Adorni expresó: «Dos aviones utilizados casi con exclusividad por la política, por los privilegiados, que no queremos que estén más».
Según informó Clarín, son los aviones que utilizaba Cristina Kirchner para trasladarse al sur desde Buenos Aires.
En un momento, Adorni compartió detalles sobre el gasto exorbitante del Estado para asegurar cuadros en la Quinta de Olivos. «Estos cuadros tienen un seguro por el que todos los argentinos pagábamos 2.600.000 dólares. Con una Argentina pobre, con 1.300.000 niños indigentes, resulta absolutamente irracional«, enfatizó, subrayando la necesidad de eliminar gastos superfluos en un contexto de dificultades económicas.