El Presidente viene de codearse con líderes empresariales de primerísimo nivel en EE.UU. y una encuesta lo muestra aún surfeando en la cresta de la ola, pero cumplirá seis meses de mandato sin una sola ley aprobada.
El presidente Javier Milei retomará la próxima semana su agenda de actividades en la Argentina después de haber ampliado en San Francisco, Estados Unidos, su álbum fotográfico personal al posar allí junto con empresarios de primerísima línea mundial, mientras aguarda que esos gestos de acercamiento y coqueteos mutuos se traduzcan en inversiones concretas para el país.
Milei se codeó en Silicon Valley con el CEO de Meta y creador de la red social Facebook, Mark Zuckerberg; con el CEO de Google, Sundar Pichai; con el director ejecutivo de Apple, Timothy Cook, y el CEO de Open AI, Sam Altman, antes de regresar a Buenos Aires con una escala en El Salvador, para asistir a la asunción de su colega Nayib Bukele, en lo que será su segundo mandato.
El jefe de Estado argentino cerró su gira de tres días por EE.UU. justamente con un encuentro con Zuckerberg, a quien le propuso mirar a esta nación sudamericana como un futuro polo de innovación tecnológica. Sin embargo, pese a sus fotos con líderes empresariales rutilantes, sus pulgares hacia arriba y su «trompita» ya característica para la ocasión, Milei se encamina irremediablemente a cumplir seis meses al frente del Poder Ejecutivo nacional, desde que asumió el 10 de diciembre pasado, sin una sola ley sancionada hasta el momento.
Más allá del pragmatismo furioso con el que se dispuso ejercer su rol al menos durante los albores de su mandato, como quedó reflejado incluso en los últimos días, con las salidas -ruidosas- del Gobierno de Nicolás Posse, como jefe de Gabinete, y de Pablo De la Torre, como secretario de Niñez y Familia en el Ministerio de Capital Humano, sigue siendo evidente que en materia política el Presidente aún debe continuar aprendiendo.
Sin ir más lejos, el flamante ministro coordinador, Guillermo Francos, se expresó en términos similares días atrás. El ex titular de la cartera de Interior, a propósito, volvió a cumplir un papel determinante en el Congreso la semana pasada para que finalmente y a duras penas el oficialismo obtuviera dictamen de comisión para la Ley de Bases bis y el paquete fiscal en el Senado.
El Gobierno, con Francos a la cabeza, tuvo que «muñequear» con intensidad en la Cámara alta para lograr ese objetivo. Con la presidenta del cuerpo, Victoria Villarruel, sumada a la mesa de negociaciones, el oficialismo debió gestionar acuerdos y ceder, sobre todo, frente a requerimientos de legisladores patagónicos, que reunidos en una suerte de «bloque» aunaron fuerzas buscando defender intereses en común.
En definitiva, la coalición gobernante consiguió el respaldo necesario para llevar ambas iniciativas -clave para Milei- al recinto, pero atención: se espera que el Senado sesione recién entre el 12 y el 13 de junio. Es decir, después de que el jefe de Estado cumpla sus primeros seis meses de labor en Balcarce 50. Y no solo eso, sino que además, como probablemente se introduzcan modificaciones en los textos de la Ley Ómnibus bis y el paquete fiscal -está previsto que suceda, en efecto-, los dos proyectos deberían regresar entonces a su cámara de origen, Diputados.
«Brotes verdes», en el segundo semestre
Por consiguiente, los integrantes de ese cuerpo legislativo deberían reunirse para aceptar o rechazar los cambios efectuados por el Senado. Todo ese proceso previo a una eventual sanción definitiva de ambas propuestas podría culminar hacia principios de julio próximo: o sea, parafraseando al ex presidente Mauricio Macri, Milei también debería aguardar hasta el «segundo semestre» de su año de estreno en la Casa Rosada para ver germinar los primeros «brotes verdes» de su gestión, al menos en lo que se refiere al ámbito del Congreso.
Ya de por sí toda esta peripecia parlamentaria que vienen recorriendo desde hace semanas y semanas ambas iniciativas impidió que el Gobierno pueda rubricar el pasado Día de la Patria su tan mentado Pacto de Mayo en Córdoba. Ese acuerdo programático quedó postergado y Milei intentaría concretarlo en otra fecha significativa para el país: se habla del 20 de junio (muy difícil) o del 9 de julio, aunque está por verse si el oficialismo consigue, para ese entonces, la aprobación definitiva de los plexos normativos todavía en discusión.
En principio, se espera que los dos proyectos se aprueben «en general» en el Senado, tras las gestiones realizadas en los últimos días por el nuevo ministro coordinador de la administración libertaria. «El dictamen se consiguió porque hubo un cambio de actitud por parte del Poder Ejecutivo, que asumió un rol diferente en la negociación al abrirse una puerta de diálogo con los gobernadores patagónicos», dijo a Noticias Argentinas una senadora de esa región del país. A propósito, ratificó que se introducirán modificaciones en el capítulo del impuesto a las ganancias del paquete fiscal y se prevé que en otros también.
«El Gobierno habló seriamente con los gobernadores patagónicos y tuvo que ceder», agregó la misma legisladora, que estimo que posiblemente en Balcarce 50 le hayan concedido a Francos «un respaldo que antes no tenía» para negociar en la Cámara alta. «Es un hombre con una personalidad fuerte», acotó sobre el flamante jefe de Gabinete de Milei. Indicó, en este sentido, que el Senado es distinto a Diputados, donde el oficialismo puede condensar parte de sus esfuerzos dialoguistas con la oposición más dócil en la figura, por ejemplo, de un Miguel Pichetto -dijo-.
«No hay ningún Pichetto en el Senado», remarcó. «Y además los legisladores de La Libertad Avanza son muy inexpertos, muy torpes, les falta mucho camino por recorrer aún», agregó. «La torpeza con la que se mueve la gente de La Libertad Avanza en el Senado es proverbial», enfatizó. A su vez, sobre el rol de Villarruel, señaló: «La presidenta -de la Cámara- es una mujer mucho más formada y preparada, pero tampoco tiene experiencia, como los demás. Todavía tiene que aprender a hacer lo que no sabe; lo que quiere hacer, pero no sabe».
La figura de Francos y su «cintura política», por cierto, también fueron en los últimos días objeto de elogio por parte de mandatarios provinciales: «Es un buen interlocutor que tuvimos en estos primeros meses de gestión y es positivo que pase a ocupar un lugar de mayor relevancia aún», dijo el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, sobre el recientemente promovido funcionario nacional. «Tenemos buen diálogo y comunicación», acotó, al tiempo que lamentó que los proyecto que impulsa Milei todavía no se hayan podido concretar en el terreno legislativo.
De cualquier modo, más allá de esos contratiempos y de la consecuente postergación de algunos de sus planes, el Presidente bien puede jactarse de mantener una popularidad alta, una imagen positiva firme en encuestas sobre ponderación de gestión y de haber logrado prolongar su «luna de miel» con la sociedad, como jefe de Estado recién llegado al poder, pese al fenomenal ajuste que decidió impulsar no bien asumió en el cargo.
Milei surfea en la cresta de la ola
Un trabajo de Giacobbe Consultores mostró en las últimas horas a Milei navegando aún en la cresta de la ola, con un 58,7 por ciento de imagen positiva, por delante del vocero presidencial Manuel Adorni, con 56,2%; de Villarruel, con 55,2%; y de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, con 55,1%. En tanto, el jefe de la cartera de Economía, Luis «Toto» Caputo, atesora un significativo 51,6%. Pero además, casi seis de cada 10 encuestados consideró que «lo peor ya pasó», frente a un 42% que estimó que «lo peor está por venir». Y para la mayoría, la principal «emoción» que despierta la actual situación del país es «esperanza», por encima de «tristeza» y de «bronca».
Son los resultados de este tipo de encuestas los que seguramente envalentonan a Milei a seguir adelante con su hoja de ruta económica, pese a que luce tenue y débil aún, a ciencia cierta, la luz al final del túnel. En la vereda contraria -o en las antípodas en realidad- se ubican referentes de la gestión anterior y de la oposición: según Giacobbe, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, acumula un 66,3% de imagen negativa, por delante de la ex mandataria Cristina Kirchner (67,6%), del ex jefe del Palacio de Hacienda y ex candidato presidencial Sergio Massa (69,1%) y del diputado Máximo Kirchner, que reúne un estrepitoso 74,6% de pulgares hacia abajo.
No obstante, en los últimos días Cristina se mostró activa en redes sociales, cuestionando a la administración libertaria, sobre todo a partir de una escasez de gas registrada la semana pasada. Sus comentarios, de todas maneras, provocan más ruido hacia dentro del peronismo que hacia afuera, en un contexto que encuentra a esa fuerza política transitando por un proceso de reconfiguración tras su derrota electoral el año pasado.
«En otro momento cuando recorríamos los barrios la gente nos decía, ‘Cuiden a Cristina’. Hoy nadie más habla de Cristina, es más, muchos la ven como responsable de la crisis que se generó durante el gobierno de Alberto Fernández y que produjo que hoy Milei sea Presidente. Y así y todo ella sigue escribiendo por Twitter», dijo a Noticias Argentinas un ex intendente del Conurbano y referente del justicialismo bonaerense.
«Hoy el Gobierno está llevando adelante un ajuste tremendo y la gente sufre por ese ajuste, pero tiene esperanza, porque dice, ‘Mirá el quilombo que le dejaron a este hombre’. Eso es lo que está sucediendo y el cristinismo y La Cámpora no lo terminan de entender», remarcó. «La etapa de atomización con La Cámpora está agotada; ese esquema, que cumplió 20 años, se agotó», agregó el ex jefe comunal. «Esta efervescencia que estamos viendo en la provincia de Buenos Aires es porque el peronismo se encuentra en una etapa de reconstrucción», insistió. El titular del Partido Justicialista (PJ) en ese distrito es Máximo Kirchner.
Asimismo, subrayó: «Lo que tenemos que hacer es reconstruir al peronismo en el territorio y ampliarnos, con el peronismo solo no alcanza». «Se necesita menos dogma y más inclusión, más sensatez y más apertura», acotó. Finalmente, opinó sobre las elecciones previstas para noviembre próximo en el PJ bonaerense y encendió una luz de alerta de cara a los comicios legislativos de 2025: «Máximo Kirchner agarró el juguete, lo rompió y ahora lo deja. Es una decisión espasmódica la que tomó», dijo, en referencia a su reciente convocatoria a las urnas.
«El llamado a elecciones que hizo no le importa a nadie en la Provincia, con todos los problemas que existen, en especial en materia de inseguridad», consideró. Y terminó diciendo: «Lo que el peronismo necesita es un sinceramiento, y que sea serio. Si el cristinismo y La Cámpora no lo terminan de entender, es probable que el peronismo se rompa en la provincia de Buenos Aires y vaya roto a las elecciones -de medio término- el año que viene».