El mayor dolor de una madre: Es golpeada por su propio hijo

Mirta padece el calvario desde hace dos años, pero hace uno comenzó a hacer las denuncias contra su hijo menor, quien junto a su mujer quiere quedarse con la casa.

Mirta, que vive con su hijo menor Cristian y su esposa Natalia Orellana, denunció a su hijo diez veces por violencia de género a lo largo del último año, pero la Justicia no actúa. Un vecino grabó el momento en que su hijo le estaba dando una golpiza en la vereda de su casa.

El conflicto empezó hace mas de un año cuando el agresor, junto a su pareja, comenzaron a hacerle la vida imposible, según afirmó la víctima.

El joven matrimonio, ambos docentes en actividad en colegios de Quilmes, quiere que la madre se vaya de la casa para adueñarse de la propiedad.

Los hechos ocurrieron en Quilmes Oeste, y la última denuncia realizada por la mujer fue en los primeros días de marzo. Eso quedó registrado en un video que hizo un vecino mientras denunciaba al 911, aunque la Policía nunca llegó al lugar.

La víctima expresó: “Yo trabajo todos los días de 7 a 16 hs, además de los golpes y malos tratos mandaron a colocar cámaras de seguridad para vigilarme, de esa manera saben cuándo estoy y cuándo no. A veces vuelvo a mi casa y encuentro todo revuelto, cosas rotas y otras que me faltan. Hace 20 años que estoy separada del padre de mis hijos, él ya no está conmigo, y apoya todo lo que me están haciendo. En una oportunidad vino hasta la puerta armado, ya no sé qué hacer, tengo miedo de no contarla más”.

Sobre las denuncias, contó: “Todas las denuncias que hice son formales, están en la Fiscalía 11, a mi me representa la Dra. Carolina Villanueva de la fiscalía 3, esto comenzó prácticamente hace casi dos años, pero tomé la decisión de empezar a hacer denuncias hace un año porque todo es muy doloroso. Es mi hijo, no pude encarar de entrada esto, es muy vergonzoso para mí, hace 35 años que vivo aquí, me conoce todo el mundo tanto a mis hijos como a mí”.

Y agregó: “Estoy sola, no tengo abogados, hago lo que puedo, necesito ayuda, vivo con miedo cuando salgo a la calle y cuando llego a mi casa. Pasan los meses, los días y las horas, no hay respuestas, las agresiones son cada vez mayores, no sé si podré contarla la próxima vez”.