Miguel había abandonado hace 20 años a la joven y luego estuvo preso por lavado de activos. Nunca más tuvo contacto con ella ni con su otra hija, Ángela.
Por primera vez desde la desaparición de Cecilia Strzyzowski habló su padre biológico. Miguel se divorció de Gloria Romero y abandonó a sus dos hijas hace 20 años. Estuvo preso por lavado de activos y hoy vive en una humilde y pequeña casa en Resistencia, Chaco. Nunca más tuvo contacto con sus dos hijas, Cecilia y Ángela.
El pasado domingo 19 de junio, por la tarde, bajo un absoluto silencio para no entorpecer la causa judicial ni las negociaciones de Gloria Romero, con los abogados Miguel Ángel Pierri y Fernando Burlando, Miguel Strzyzowski, decidió hablar ante una cámara. Con la condición de esperar el resultado de las pertenencias de Cecilia, el entrevistado autorizó la emisión de la entrevista.
«Me enteré porque me llamó la mamá. Ahí comenzó una pesadilla. Como están diciendo que le hicieron eso de cortarla y no puedo pensar eso», dijo Miguel en medio de llantos. «No puedo pensar que haya gente que pueda hacer eso. No sé si tienen perdón, sinceramente no sé si tienen poder. Lo fundamental es que los culpables paguen», explicó el padre de Cecilia.
Durante toda la semana, Miguel siguió las novedades de la investigación sobre el asesinato de su hija por los canales de noticias. En medio de la entrevista, sus pequeños hijos -hermanastros de Cecilia- escuchaban su testimonio. Días atrás, Gloria Romero, lo vinculó con el Clan Sena: «No tengo miedo a esta gente».
Miguel no trabajó ni vive en el barrio Emerenciano Sena, pero sí mantuvo un contacto por chat con Patricia Acuña, hermana de la detenida madre de César Sena, ya que la tenía como amiga en Facebook porque habían sido compañeros en el secundario.
En esas conversaciones entre el padre de Cecilia y Patricia Acuña, la mujer quiso convencer a Strzyzowski que su hija se había al sur del país pero, ante la insistencia de Miguel, quiso concertar una entrevista personal entre su hermana, Marcela Acuña, y el desesperado padre. El 7 de junio, las Acuña no le contestaron más al padre de Cecilia. Dos días después, detenían a la familia Sena.
Miguel explicó que, «por mi problema de salud no salí en su momento. Tengo un par de stents y problemas cardíacos». Asegura que recuerda a Cecilia como «la yeye», «mi yeye» y que actualmente habla «una o dos veces al día con la mamá. No importa lo que haya pasado o no haya pasado. Lo que importa es nuestra hija».
En el final de la entrevista le pidió a Alberto Fernández y a Jorge Capitanich «que no haya más Cecilias. Que traten de que se termine este tipo de cosas».
Con la enorme culpa de haber abandonado a sus hijas, Miguel dijo que «A Cecilia le diría que la adoro. Era mi bebé, era «la yeye», la madre dice que se parecía a mí, que saltaba, que cantaba, era mi retrato».