«El Presto», Eduardo Miguel Prestofelippo, fue condenado a 30 días de prisión domiciliaria efectiva por «hostigar y discriminar» a Fabiola Yañez.
Eduardo Miguel Prestofelippo, conocido popularmente por su pseudónimo en YouTube, «El Presto», fue condenado a 30 días de prisión domiciliaria efectiva por «hostigar y discriminar» a la primera dama Fabiola Yañez.
Cabe destacar que la Cámara Contravencional y de Faltas de la Ciudad de Buenos Aires, integrada por Jorge Franza, Elizabeth Marum, Marcelo Vázquez y Fernando Bosch, confirmó este lunes la sentencia. Es menester aclarar que la pena la cumplirá en su domicilio —por razones de salud— y deberá utilizar una tobillera electrónica.
Por otra parte, El Presto deberá respetar una orden perimetral de 200 metros respecto de la esposa del presidente Alberto Fernández por un año y realizar un curso en el INADI: “Taller de violencia de género y respeto a las mujeres”. En última instancia, Prestofelippo también pagará todas las costas del proceso penal.
La resolución no fue unánime. Bosch y Franza confirmaron la condena que había sido dictada en primera instancia en febrero pasado. Marum votó por condenarlo por un solo hecho de discriminación a una pena de multa y Vázquez, en cambio, se inclinó por la absolución porque entendió, que los hechos no encuadran en ninguna contravención.
El fallo de la Cámara puede ser apelado ante el Tribunal Superior de Justicia de la ciudad de Buenos Aires. ¿Por qué fue denunciado El Presto? Por una serie de videos publicados en 2020 en su cuenta de YouTube y en Facebook.
En uno de esos videos se dirige directamente a Fernández: “Si yo el día de mañana en Twitter publico una foto de tu mujer en pelotas, porque las tiene, porque es el pasado de tu mujer, yo termino en cana. De última flaco, bancate la mina con la que te acostás, hay que tener pelotas, no te buscaste una mina de su casa, te buscaste una mina que en los grandes canales de televisión no la conocen precisamente por ser primera dama, la conocen por otros prontuarios, déjate de joder Alberto, déjate de joder”.