El nuevo presidente de la Asamblea partidaria del PRO, Martín Yeza, envió un fuerte mensaje al gobierno.
Tras el aumento de la tensión entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich, por las diferencias que existen sobre una eventual fusión con La Libertad Avanza. Tras la aprobación de la Ley Bases, también se inició una disputa por la conformación de listas para las elecciones 2025.
La postura de Macri, que hoy controla la dirección del partido, es mantener la autonomía en relación con el partido del presidente Milei. Bullrich, en cambio, quiere llevar al PRO a la fusión con el partido de gobierno. Hace unos días, en un comunicado del PRO firmado por Macri se criticó aspectos de la gestión de Milei, porque «hay más interrogantes que certezas».
«Este es un gobierno con minoría institucional y si nosotros tomáramos una actitud de mirarnos un poquito más a nosotros y menos al gobierno para ver cómo ayudar de una manera sana, es cierto que se podría poner peligrosa la Argentina», dijo Martín Yeza.
Poco después, Macri volvió a arremeter a través de su cuenta de X, reclamando a Milei que devuelva la coparticipación a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que le fuera quitada por el gobierno de Alberto Fernández para redirigirla a la provincia de Buenos Aires. Tras arribar a la Casa Rosada, Milei se la retiró a los bonaerenses, pero no la devolvió a la CABA.
Yeza criticó también las tensiones políticas que e gobierno crea en materia internacional: «Un día nos peleamos con España, otro día decimos que Bolivia se hizo un autogolpe, que los chinos tal cosa, y eso es algo con lo que no estamos de acuerdo».
Las negociaciones y los debates por la Ley Bases generaron fuerte fractura interna en el PRO, que el jueves en la asamblea partidaria -con Yeza proclamado presidente y el ala bullrichista retirándose con un portazo- terminó de hacerse evidente. «Nosotros dimos este paso no solamente para renovar al PRO, sino para pasar a un proceso de saneamiento del partido y recuperar la confianza», dijo el exintendente de Pinamar.
«Una fuerza que parecía predestinada a gobernar la Argentina terminó tercera cómoda. Entonces ahora hicimos lo sensato: levantar la mano y decir que esto no va más y se empezó a hacer de una forma diferente», sentenció.