Axel Dávalos, papá de la víctima, y su pareja Jimena Romero, hablaron sobre cómo fue el momento en el que la menor contó el calvario que había sufrido. La denuncia por abuso sexual fue realizada en la Comisaría de la Mujer de Hurlingham.
«El tío Gonzi me tocó». Con esas palabras una nena de cuatro años le contó a su papá Axel Davalos, que su tío de 17 la había abusado sexualmente, en la vivienda situada en Moreno en la que reside junto a la familia de su madre. La denuncia por abuso sexual fue realizada en la comisaría de la Mujer de Hurlingham.
La menor volvía de un cumpleaños acompañada por su papá y su pareja, cuando comenzó a manifestar que tenía «dolor abajo», a la vez que se señalaba la zona vaginal. Su papá le preguntó si se había golpeado o si alguien la había tocado. La nena negaba hasta que los ojos se le pusieron vidriosos llenos de lágrimas. «Yo le dije que no tenga miedo que nosotros la íbamos a cuidar», dijo Jimena Romero en diálogo con cronica.com.ar. Contenida por las palabras, la nena rompió el silencio y reveló el infierno del que había sido víctima.
«Nunca me imaginé que nos iba a contar lo que contó», expresó Romero.
«El tío Gonzi me tocó. Estábamos jugando. Me dijo que no le diga a nadie porque sino no me iba a querer más», le habría contado la nena a su papá y a la novia de este, según consta en la declaración de la denuncia penal.
Cuando le preguntaron cómo ocurrió, la menor se puso la mano en la vagina por encima del pantalón y mostró como la habría tocado el acusado.
No obstante, de acuerdo al testimonio de la menor, los abusos habrían ocurrido más de una vez, una en la pieza del acusado y otra en el lavadero de la casa, «cuando estaba jugando con la bici y el tío Gonzi la tocó». Los hechos denunciados habrían tenido lugar en la casa de Moreno, donde la menor vive junto a su madre, sus abuelos maternos y sus dos tíos.
«El padre quedó nublado, no sabía qué hacer y a mí me parecía que tenía que revisarla un médico», contó Romero.
Inmediatamente, la nena fue trasladada al Hospital Municipal de Hurlingham San Bernardino, donde se constataron signos de abuso sexual.
«La llevé al hospital para sacarme la duda y me dijeron que era todo verdad», relató Davalos.
Desde entonces, la Justicia ordenó que la menor quedó a cargo del padre, que vive en Hurlingham. No obstante, la nena está con medicación y asistencia psicológica.