Fue a buscar a su pareja, en Moreno, y le quisieron robar el auto. Tenía cinco hijos y 13 nietos, más otro en camino.
Gaspar Andrés Barón (65) se había jubilado luego de una vida dedicada al trabajo. Estaba disfrutando de su familia, de sus cinco hijos, de sus 13 nietos y de otro que venía en camino. Este domingo fue a buscar a su pareja, a la que había conocido hace dos meses, en Moreno, cuando dos motochorros lo asesinaron a dos balazos para robarle el auto.
«Era la persona más buena del mundo, siempre estuvo para todos, era querido por todo el mundo, es inexplicable», se lamentó entre lágrimas Elizabeth (31), una de sus cuatro hijas mujeres (además, tenía un varón).
El crimen ocurrió pasado el mediodía en la esquina de Mendoza y Juan de Solís, en la localidad de Paso del Rey.
«Mi suegro se estaba por ir de la casa de la hija de su pareja, en su Volkswagen Golf, cuando pasó una moto, que dio la vuelta y les quiso robar. Le abrieron la puerta del auto, forcejearon y le pegaron dos balazos, uno en el pecho y otro en el abdomen», contó a este diario un yerno de la víctima.
El jubilado, que vivía en Hurlingham, fue trasladado al Hospital Posadas, donde constataron su muerte.
«No existía una persona como él, no la había, tan bueno, se preocupaba más por los demás que por él mismo, pensando en otros antes que él», remarcó su yerno.
Barón había trabajado ensamblando vehículos en la fábrica automotriz Volkswagen, en General Pacheco, desde 1990 hasta 2016.
«Todo el tiempo nos decía que si nos asaltaban que no nos resistiéramos, que entregáramos todos», contó su hija, mientras esperaban que les entregaran el cuerpo para poder despedirlo.
La mujer añadió: «Trabajó durante tanto tiempo y ahora disfrutaba su vida. Se separó de mi mamá hace un año y había empezado a conocerse con esta señora hace dos meses».
«Te voy a extrañar toda la vida viejo», lo despidió otra de sus hijas en Facebook.
«Fue a buscar a la pareja para ir a comer a la casa de una hermana de él. Cuando salieron de la casa, él fue a cerrar el portón mientras que ella subió al auto. Los delincuentes lo interceptaron y forcejearon», relató a Télam Milagros Moreno, nieta de la víctima.
La joven explicó que uno de los asaltantes sacó a su abuelo por la fuerza del asiento del conductor, mientras que del otro lado, un cómplice abordó a la mujer.
Los motochorros escaparon sin poder llevarse el auto, ya que no pudieron ponerlo en marcha. «Intentaron arrancarlo y no pudieron. Ahí fue que le dispararon. Él caminó unos metros y cayó desvanecido», manifestó y añadió: «No pudimos todavía hablar con la pareja, está muy shockeada».
Milagros enfatizó que a su abuelo «le gustaba salir, iba a peñas, le encantaba bailar chamamé». Una de sus cuatro hijas está embarazada, por lo que él estaba esperando con ansias a su nieto número 14.
«La palabra ´abuelo´ le quedaba pequeña. Era inmenso, era súper presente con cada nieto e hijos. Siempre hizo lo posible para juntar a la familia. Cada domingo era ir a su casa para comer asado y escuchar chamamé», completó.
«Pido que se haga justicia por él, que no quede como una noticia más», agregó.
La causa, investigada por Leandro Ventricelli, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Moreno, fue caratulada como «homicidio en ocasión de robo». Los sospechosos se mantenían prófugos.