El juvenil basquetbolista resistenciano –que juega en el equipo porteño desde hace más de un año- no olvida sus raíces, define su presente y propone sus sueños. A su vez, refleja la combinación deportes-estudio y describe sus metas en el corto y en el largo plazo.
Emir Pérez Barrios llegó a Obras en enero de 2022. Su último paso antes de llegar al Aurinegro fue Villa San Martin de la ciudad de Resistencia.
Emir, que juega en la posición de base, actualmente forma parte del plantel de la LDD, tiene 18 años (cumplidos el 4 de marzo de este año), mide 1,87 metros e integró diferentes seleccionados argentinos.
¿Cómo llegaste al club?
Llegué al club porque Javier Ielmini se contactó conmigo para que conozca las instalaciones y que pueda ver si el club era lo que buscaba.
¿Qué significa estar tanto tiempo en el club?
En mi caso estoy hace apenas un año, pero sin embargo significa mucho en lo personal ya que puedo ver cómo voy progresando al pasar del tiempo, no solo en el deporte sino también en mi día a día
¿Cómo logras complementar el estudio y el deporte?
La verdad que es lo más importante para cualquier atleta sin importar la disciplina. Mis padres siempre hicieron hincapié en que el estudio tiene que ir de la mano con el deporte. El entrenador siempre nos alienta a que cumplamos con el estudio, a veces me cuesta, pero hago el esfuerzo para cumplir con ambos.
¿Cuáles son tus metas a corto y largo plazo?
A corto plazo sería tener minutos en liga nacional y poder ser parte de la rotación en el equipo profesional. Mientras que a largo plazo sería poder seguir desarrollando mi juego en el ámbito europeo, ya que desde chico fue mi sueño.
¿Qué es lo que más disfrutas al estar en Obras?
Disfruto mucho el estar en el club. El día a día, los entrenamientos y los partidos, además, el estar en uno de los mejores club del país. Una de las cosas que más valoro de estar en Obras es que estás rodeado de grandes personas que te ayudan todo el tiempo.
¿Qué puertas crees que te abrió o te puede abrir Obras?
Siendo Obras un referente en el básquet argentino, siempre tenés las puertas abiertas en todo momento y esto te puede dar mucha visibilidad en el exterior.
¿Hay algo que extrañas de tu ciudad (Resistencia)?
Extraño a mi familia y mi club en el que empecé (Villa San Martín). Siempre estuve ahí desde que tengo memoria, junto con mi mamá y papá que desde corta edad me llevaron al club. Hoy en día puedo decir que soy lo que soy gracias a ellos.