En el Día del Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) se busca que se conozca acerca de la correcta manipulación de alimentos y la importancia del lavado de manos. Síndrome urémico hemolítico: una enfermedad prevenible mediante buenos hábitos de higiene y cocción
Si bien tiende a descender, Argentina es el país donde se registran más personas con esta enfermedad, que se desencadena generalmente por la ingestión de alimentos o agua contaminados. Pediatras del Hospital de Clínicas de la UBA hablan sobre las causas, síntomas y prevención de esta patología.
“El SUH es una enfermedad caracterizada por la destrucción de glóbulos rojos (anemia hemolítica) y la disminución de las plaquetas en la sangre (trombocitopenia), con compromiso de múltiples órganos, en especial los riñones, lo que puede llevar a insuficiencia renal aguda. La causa más común de SUH está asociada con infecciones intestinales causadas por la bacteria Escherichia coli productora de toxina Shiga (STEC)”, comenta Diego Ripeau, nefrólogo pediátrico del Departamento de Pediatría del Hospital de Clínicas de la UBA (MN 105.368).
Según el Ministerio de Salud, se registra una tendencia en la última década al descenso de esta afección, que generalmente se desencadena por la ingestión de alimentos o agua contaminados con la bacteria STEC. Esta bacteria produce toxinas que dañan el endotelio de los vasos sanguíneos, y los riñones, por ser uno de los órganos más vascularizados, son su principal blanco, lo que lleva a la formación de trombos y, en última instancia, al fallo renal.
“Si bien los casos y tasas de notificación de SUH en Argentina muestran una tendencia descendente en los últimos años, continúa siendo una enfermedad endémica y nuestro país tiene la mayor incidencia mundial. Es la segunda causa de insuficiencia renal crónica terminal, con el consiguiente requerimiento de diálisis y/o trasplante renal en edades pediátricas, pese a ser una enfermedad prevenible”, resalta el nefrólogo infantil.
Los alimentos contaminados con STEC incluyen carne poco cocida, leche no pasteurizada, vegetales y frutas sin lavar adecuadamente. “Los niños pequeños, especialmente los menores de 5 años, son los más vulnerables al SUH. Otros factores de riesgo incluyen vivir en áreas rurales, contacto con animales de granja y no seguir buenas prácticas de higiene”, resalta el especialista.
“El síndrome urémico hemolítico generalmente se desarrolla por etapas. Primero, al llegar la bacteria E. coli al intestino, produce diarrea intensa, en la mayoría de los casos con sangre, vómitos, dolor abdominal y decaimiento. A los pocos días, es seguido por un cuadro de palidez, debilidad, sensación de fatiga, petequias (manchas rojas en la piel, como puntos), hematomas y disminución de la diuresis (que puede manifestarse por edemas e hipertensión arterial). En casos más graves el SUH puede generar convulsiones, daño neurológico e incluso la muerte por lo que estar atentos a los primeros síntomas resulta importantísimo”, advierte Ripeau.
“Es importante resaltar, que en los pacientes pediátricos, durante los episodios de diarreas, no se recomienda el uso de antibióticos sin indicación médica, ya que pueden producir complicaciones y favorecer el desarrollo del SUH. Lo mismo ocurre con el bismuto, el carbón o similares, antiespasmódicos, loperamida, ni probióticos. Cabe resaltar que si bien no toda diarrea con sangre es producida por STEC (solo el 4-10% de las mismas), éste síntoma es el que nos permite estar atentos a la evolución del paciente. De los pacientes infectados por STEC, un 10-15% evolucionarán a SUH” comenta el profesional.
“No tiene actualmente un tratamiento específico, por lo que él mismo se enfoca en mantener el equilibrio de líquidos y electrolitos, así como en el manejo de la anemia y la insuficiencia renal”, advierte el especialista. En casos severos, puede ser necesario el tratamiento de soporte, como transfusiones de sangre o diálisis para ayudar a los riñones a eliminar los productos de desecho del cuerpo. Es importante acudir de inmediato al médico ante cualquier sospecha de SUH, ya que el tratamiento temprano mejora las posibilidades de recuperación.
Pese a todos los avances en el conocimiento de la enfermedad, lo más importante sigue siendo la prevención, por lo que los especialistas del Clínicas recomiendan:
Cocinar completamente las carnes hasta que no queden partes rojas en su interior ni jugos rosados. La STEC llega a la superficie de las carnes por contaminación con materia fecal durante el proceso de faena o su posterior manipulación. Las carnes picadas y sus derivados (hamburguesas, albóndigas, pan de carne, empanadas, pastel de carne) son los productos de mayor riesgo. Esto se debe a que durante el picado, la bacteria pasa de la superficie de la carne al interior del producto, donde es más difícil que durante la cocción, se alcance la temperatura necesaria para eliminarla (la bacteria se destruye a los 70 °C).
Utilizar distintos utensilios de cocina para cortar la carne cruda que aquellos que se utilizan para las verduras o para trozar la carne antes de ser ingerida. Lavar profundamente tablas y mesadas luego de su uso.
Evitar el contacto de las carnes crudas con otros alimentos (contaminación cruzada).
Utilizar leches, derivados lácteos y jugo de fruta pasteurizados, conservando la cadena de frío.
Lavar cuidadosamente verduras y frutas. Lavar hoja por hoja.
Asegurar la correcta higiene de las manos (deben lavarse con agua y jabón) antes y después de manipular los alimentos, luego de ir al baño o cambiar pañales y luego de tener contacto con animales o su entorno.
Utilizar natatorios habilitados. No bañarse en aguas prohibidas.
Consumir agua potable; ante la duda, hervirla o utilizar lavandina.
Por eso, el especialista resalta que su prevención y la detección temprana son clave para evitar su propagación y proporcionar el tratamiento adecuado para mejorar las posibilidades de recuperación. Es esencial estar informado y tomar medidas de precaución para proteger a los niños y adultos de esta enfermedad potencialmente peligrosa. Si se sospecha de SUH, se debe buscar atención médica de inmediato. Por último, el paciente que sufrió SUH, debe continuar sus controles médicos y cuidados indicados de por vida, ya que implementar estrategias nefroprotectoras han demostrado que son capaces de postergar el inicio de diálisis o el trasplante.
Avances en investigación
Actualmente, la comunidad médica está muy entusiasmada en esperar los resultados del estudio en Fase III que se lleva a cabo en hospitales públicos y privados de Argentina, sobre un inmunógeno que se administra a equinos con el fin de inducir la producción de anticuerpos capaces de neutralizar la toxina Shiga.
Luego, esos anticuerpos se purifican y constituyen la base del medicamento, que al ser administrado a los pacientes, puede reconocer y bloquear distintas variantes de la toxina Shiga presentes en la sangre, lo que permitiría detener el avance de la enfermedad y evitar formas clínicas más severas.
Este ensayo clínico permitirá evaluar el impacto de la inmunoterapia, que podría ser una opción dirigida a la causa del SUH, junto a los cuidados de sostén, con la posibilidad de reducir la mortalidad, la necesidad de diálisis y mejorar el resultado renal general.