En la Argentina, la tasa de fecundidad cayó de 3,3 en 1980 a 2 hijos en 2018

El trabajo con información del perfil demográfico, el acceso a la educación, la participación en actividades productivas, entre otros análisis, fue difundido a propósito del Día Universal del Niño establecido por las Naciones Unidas, que se celebra el 20 de noviembre.

En 1980 las mujeres argentinas tenían en promedio 3,3 hijos y en 2018, 2, números que muestran que la proporción de hogares con niñas, niños y adolescentes (NNyA) cae con el paso de los años en el país, a la vez que el tamaño promedio de los hogares con NNyA también se reduce, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en un dossier estadístico difundido hoy.

El trabajo con información del perfil demográfico, el acceso a la educación, la participación en actividades productivas, entre otros análisis, fue difundido a propósito del Día Universal del Niño establecido por las Naciones Unidas, que se celebra el 20 de noviembre.

Uno de los datos que destaca el dossier es el proceso de reducción del peso relativo de la población de NNyA que se observa desde hace más de un siglo en el país.

«Este comportamiento responde, principalmente, al descenso de la fecundidad, que refleja cambios en las tendencias reproductivas: en promedio, las mujeres tienen cada vez menos hijos», puntualizó el Indec.

A modo de ejemplo, se precisó que la tasa global de fecundidad (hijos por mujer) mostró una fuerte caída: en 1869 la tasa de hijos por mujer era de 6,8 y en 2018, de 2.

Al respecto se mostró que en 1970 y 1980 la cantidad de hijos por mujer era muy similar (3,1 y 3,3, respectivamente), y en la década del 90 de siglo XX comenzó a caer hasta ser de 2,4 en 2001 y 2010 y 2,0 en 2018.

En el mismo sentido se precisó que a principios del siglo XX casi el 40% de la población tenía 14 años o menos, mientras que en 2010 este grupo representaba alrededor del 25%.

A modo de ejemplo, se mencionó que los hogares con un solo NNyA pasaron de 33% en 1991 a 40,9% en 2010. Y los que tienen cuatro o más pasaron de 16,6% a 11% en el mismo período.

Al mostrar dos mapas comparativos con el porcentaje de población menor de 18 años por provincia, uno de 1991 y el otro de 2010, se visualiza que ese segmento se distribuye de manera desigual en el territorio nacional.

«La mayoría de las provincias de las regiones Noroeste y Noreste tienen un mayor porcentaje de NNyA, mientras que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se registra la menor participación relativa de este universo poblacional».

Misiones con el 46,6% de su población menor de 18 años encabezaba el ranking en 1991, y cayó a 39,3 en 2010, mientras que en CABA era de 23,3 bajó a 19,6.

A la par de esta tendencia, se detectó que la esperanza de vida aumentó entre, 1980 y 2010, 6,6 años para los varones y 6 años para las mujeres.

También se observó que en 1970, de cada 1.000 niños que nacían, 25 morían antes de los 28 días y para 2019 este valor se redujo a menos de la cuarta parte.

En cuanto a actividad productiva, el informe subrayó que el 8,4% de niños y niñas de 5 a 15 años realizan al menos una actividad productiva, mientras que entre las personas adolescentes de 16 a 17 años lo hacen el 29,9%.

Tanto en la población de 5 a 15 años como en la de 16 a 17 años, la participación de los varones en el mercado de trabajo prácticamente duplica la de las mujeres.

«Las desigualdades de género y la asignación de roles según el sexo se expresan en la participación diferencial en actividades productivas. Estas desigualdades se visibilizan desde la niñez y se intensifican en la adolescencia», se consideró en el dossier.

Al mismo tiempo, en la adolescencia, la participación de las mujeres en las actividades domésticas intensivas más que duplica la de los varones, 8,5% los varones y 17,5% las mujeres en la franja de 16 a 17 años.

Esto incide en las trayectorias escolares, ya que «quienes desarrollan algún tipo de actividad productiva tienen un menor rendimiento escolar».

El dossier también precisó que «el 6,9% de los varones de 15 a 19 años no estudia, no trabaja ni busca una ocupación. En las mujeres, este valor alcanza el 11,6%».

En el ítem Condiciones de Vida, el Indec subrayó que «mientras un 38,5% de NNyA vive en hogares que no acceden a desagües cloacales, algo menos de un 10% se encuentra en situación de hacinamiento crítico».

El informe indicó que «la participación relativa de NNyA es mayor en los quintiles de bajos ingresos, lo que hace que se encuentren más expuestos a situaciones de pobreza e indigencia».

Se concluyó que «en el primer quintil de ingreso, los NNyA representan el 42,6% de la población, mientras que en el último quintil su participación es del 12,3%».