En un operativo sin precedentes, la Policía del Chaco desarticuló de manera parcial una banda delictiva presuntamente dedicada al robo de criptomonedas mediante violentas “entraderas” en domicilios particulares. La investigación, que avanza rápidamente, ya dejó un detenido, varias personas demoradas y 10 allanamientos simultáneos en distintos puntos de la provincia.
El procedimiento se realiza en el marco de una causa que investiga un nuevo y alarmante modus operandi delictivo: los atacantes ingresaban de forma violenta a las viviendas, golpeaban y amenazaban a sus víctimas con el fin de obtener las claves de acceso a billeteras virtuales. Una vez dentro de las cuentas, transferían las criptomonedas a otras billeteras digitales utilizadas como pantalla, en un claro intento de ocultar el origen ilícito de los fondos.
El comisario Rolando Sosa confirmó la detención de un hombre mayor de edad y la demora de varias personas más, cuya situación procesal será definida por el fiscal interviniente, Víctor Recio, en las próximas horas.
Durante los allanamientos —entre ellos uno realizado en la intersección de calle Güemes y Gabardini, donde se halló a una de las personas que habría recibido parte del dinero robado— se secuestraron celulares, dispositivos tecnológicos, dinero en efectivo, electrodomésticos y otros elementos de interés para la causa.
Fuentes policiales detallaron que los 10 domicilios allanados pertenecen a personas identificadas a partir del rastreo de datos biométricos vinculados a las billeteras digitales receptoras de las criptomonedas sustraídas. Sin embargo, hasta el momento, no se pudo determinar con certeza si estas personas participaron directamente en el asalto y las torturas a las víctimas.
La policía considera este caso como un hecho inédito en la provincia, ya que si bien existen antecedentes de estafas digitales relacionadas con criptomonedas, es la primera vez que se registra una modalidad violenta física para acceder a los activos digitales. Incluso, en uno de los domicilios allanados ya se habían realizado procedimientos en causas por narcotráfico, lo que refuerza las sospechas sobre una posible estructura de crimen organizado detrás de la operación.
El comisario Sosa no descartó la existencia de más víctimas que, por temor o desconocimiento, aún no hayan radicado la denuncia. En ese sentido, instó a quienes hayan sido víctimas de hechos similares a presentarse ante la justicia, remarcando que este tipo de delitos podría tener ramificaciones mayores en la provincia y otras jurisdicciones.
“Estamos frente a una modalidad delictiva inédita, con características de crimen organizado. Seguimos trabajando para desentrañar la estructura completa de esta organización criminal”, expresó Sosa.
La investigación sigue en curso y las autoridades esperan obtener más elementos probatorios en las próximas horas.
