Las fuerzas militares de Estados Unidos hundieron este viernes una lancha rápida frente a las costas de Venezuela, en un operativo que dejó cuatro muertos y que fue presentado como parte de la ofensiva contra el narcotráfico en el Caribe.
El Pentágono confirmó la acción y difundió un video del ataque, mientras que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, aseguró que la orden fue impartida de manera directa por el presidente Donald Trump. Según Washington, la embarcación transportaba “cantidades sustanciales de narcóticos” con destino a territorio estadounidense.
🔹 Escalada militar en el Caribe
El operativo, desarrollado en aguas internacionales, es el cuarto de este tipo en poco más de un mes. Solo en septiembre, otras tres acciones militares dejaron al menos 17 muertos, en el marco de lo que el gobierno norteamericano describe como una “guerra formal contra los cárteles”.
Trump notificó recientemente al Congreso que el país se encuentra en un “conflicto armado” contra las redes del narcotráfico, con el objetivo de otorgar sustento legal a la creciente ofensiva militar desplegada en la región.
🔹 La respuesta de Caracas
Desde el gobierno de Nicolás Maduro denunciaron que la campaña de Washington busca desestabilizar al país y preparar el terreno para una eventual intervención. El chavismo decretó el “Estado de Conmoción Exterior”, una medida excepcional con la que intenta reforzar su aparato de defensa.
La tensión aumentó aún más luego de que Caracas denunciara la incursión de cazas norteamericanos en su espacio aéreo de control.
🔹 Acusaciones cruzadas
El enfrentamiento verbal refleja el clima de desconfianza entre ambos gobiernos. Mientras Washington sostiene que Maduro encabeza el Cártel de los Soles y mantiene vínculos con el Tren de Aragua, incluso ofreciendo recompensas millonarias por la captura de altos funcionarios venezolanos, Caracas insiste en que la ofensiva de Trump responde a intereses políticos y geoestratégicos, más que al combate al narcotráfico.
Con este nuevo episodio, el Caribe vuelve a convertirse en escenario de una máxima tensión internacional, donde la lucha contra el narcotráfico se mezcla con la disputa por el poder regional.