La Cámara baja del Congreso de Estados Unidos debatía hoy un proyecto de ley para eliminar la marihuana de la lista federal de drogas peligrosas, lo que constituye un paso histórico hacia su despenalización ya efectiva en muchos estados y que había sido aprobada a finales de 2020 por la mayoría demócrata. Esta es la segunda vez que el texto, denominado Ley de Eliminación y Reinversión de Oportunidades de Marihuana (MORE), se presenta en la Cámara de Representantes.
Había sido aprobado en diciembre de 2020 por la mayoría demócrata pero no llegó a ser presentado en el Senado, entonces controlado por los republicanos. Sin embargo, en la práctica, si se aprobara la ley, la marihuana no sería legal en todo el país y los distintos estados aún podrían procesar a sus ciudadanos bajo la ley estatal.
La Ley MORE despenalizaría a nivel federal la posesión, venta y producción de marihuana, actualmente considerada por la Agencia de Control de Drogas (DEA) como equivalente al LSD, la cocaína o la heroína. Esto, pese a que más de las tres cuartas partes de los estados de Estados Unidos han legalizado su consumo con fines médicos y un tercio lo permite para los recreativos, entre ellos el de Nueva York. También anularía las condenas federales por delitos menores de drogas, que según los defensores conduce al encarcelamiento masivo que afecta principalmente a las minorías, consignó la agencia de noticias AFP.
El texto «considera a la marihuana como un problema de salud pública más que como un delito y serviría para corregir el alto costo que causa su penalización en comunidades desfavorecidas y de color», consideró el demócrata Jerrold Nadler, autor principal de la propuesta. Para Aaron Smith, de la Asociación Nacional de la Industria del Cannabis (NCIA), la ley también garantizará que «las pequeñas empresas y los miembros de las comunidades marginadas que han sido desproporcionadamente víctimas de la prohibición puedan beneficiarse de las oportunidades creadas por un mercado de la marihuana regulado».
La prohibición de la marihuana a nivel federal dificulta la expansión de su producción y su comercio legal. Según el sitio informativo a favor de la marihuana Leafly, el sector, en pleno auge, valía 25.000 millones de dólares y empleaba a 321.000 personas en 2021, pero los bancos siguen reacios a financiar a productores o vendedores por temor a ser procesados por lavado de dinero. Además, los partidarios de la iniciativa denuncian el costo financiero y humano de la guerra contra las drogas iniciada en la década de 1980 por las autoridades estadounidenses.
Los opositores a la medida insisten en los peligros de la adicción, especialmente entre los jóvenes, y los accidentes de tráfico por parte de conductores que la hayan consumido. «Mucha gente consume marihuana, cuando esté legalizado a nivel federal, incluso más personas lo harán y el nivel de peligro aumentará», advirtió Cliff Bentz, un legislador republicano de Oregón, uno de los principales estados productores.
El texto también introduciría un impuesto del 5% a la venta de marihuana y sus derivados, para financiar la atención y reinserción de las víctimas, en su mayoría afroestadounidenses, de la guerra contra las drogas. Según una encuesta del Pew Research Institute del año pasado, el 91% de los estadounidenses estaba a favor de legalizar la marihuana.
La marihuana ya es legal en algunos países y en diciembre de 2020 la Comisión de Estupefacientes de la Organización de las Naciones Unidas (CND) también la eliminó de su lista de drogas más peligrosas, en la que llevaba 59 años y que desaconsejaba su uso con fines médicos.