Expolicía con perpetua por asesinato quedó libre y cayó en Corrientes por narco

Heraldo Federico Osuna ejecutó a un distribuidor para robarle, en Colón. Estaba con libertad condicional cuando cayó con droga en Corrientes.

Heraldo Federico Osuna es un hombre conocido en el ambiente carcelario de Entre Ríos, ya que pasó 16 años preso por el asesinato de un distribuidor ocurrido en 1998, en Colón. Salió con libertad condicional en 2014 y siete años después volvió a perderla, esta vez en Corrientes: hace casi un año lo detuvieron viajando con 11 kilos de marihuana en la ruta 14. Hace unas semanas protagonizó una huelga de hambre en reclamo de la prisión domiciliaria para cuidar a su esposa enferma, pero se la rechazaron porque la Justicia sostiene que la mujer está bien asistida.

Fue a fines de enero, cuando la hermana de Osuna denunció en la defensoría que el hombre iniciaba la medida en protesta contra la denegación de la domiciliaria. La defensa pública solicitó al Escuadrón 57 Santo Tomé de Gendarmería Nacional, donde se halla alojado el imputado, que se monitoree periódicamente y se informe su estado de salud mientras realiza la huelga de hambre. Luego, Osuna fue por más y pidió con una nota manuscrita que le retiren la cama y el colchón de su celda.
Entonces se convocó a una audiencia donde el detenido manifestó que la medida la realizaba porque su señora estaba sola, los hijos no la cuidaban, y solo pedía la domiciliaria para poder acompañarla debido a su delicado estado de salud y las dificultades de movilidad.

Se pidió entonces una nueva constatación sobre la discapacidad de la mujer.

La Fiscalía sostuvo que “las condiciones de seguridad que implica el otorgamiento de la prisión domiciliaria no serían suficientes ante la peligrosidad que reviste el detenido”. Y aseguró que la señora “tiene hijos mayores quienes deberían hacerse cargo y responsables de los cuidados de la misma”.

Luego la Justicia estableció en base a un informe socio-ambiental de Gendarmería de 2021 que la mujer “padece problemas de salud que dificultan su movilidad cotidiana pero no se encuentra en estado de vulnerabilidad ni desamparo”.

Entonces Osuna recibió un nuevo revés y le rechazaron lo que reclamaba al no ingerir sus alimentos y al dormir en el suelo. No obstante, el tribunal correntino dispuso que “se fije fecha para el debate oral y público con la mayor antelación posible”.

El viaje narco

Entre los argumentos que se tuvieron en cuenta para no hacer lugar al pedido están la “existencia de una organización criminal” detrás de Osuna, y sus antecedentes criminales, por la sentencia que le dictaron en 2001, y que al momento de los hechos gozaba de libertad condicional.

El 28 de marzo de 2021, durante un operativo de prevención en la ruta nacional Nº 14, en su ­intersección con la ruta nacional Nº 120­, los gendarmes detuvieron la marcha del auto que era conducido por L.D.C., en el que iban como acompañantes S.M.C, J.E.L. y Osuna­. Luego del control de la documentación, advirtieron un fuerte olor a combustible, razón por la cual los agentes solicitaron a los ocupantes descender del rodado. Al momento de la revisión del vehículo observaron que la tapa de combustible presentaba irregularidades, y hallaron en el interior una bolsa que salía del tanque. Cuando la sacaron, encontraron 26 envoltorios embalados con cinta. Se trataba de 11,2 kilos de marihuana.

“La logística empleada por el imputado y sus consortes de causa para el transporte del estupefaciente, permite sostener la tesitura de que Osuna formaría parte de una organización, la que estaría conformada por más personas que las habidas en esta causa, quienes le habrían proporcionado el material estupefaciente, el cual, presumiblemente, habría sido transportado desde la ciudad de Apóstoles (Misiones) conforme surge de la declaración indagatoria del imputado­, hacia el interior del país. Por lo tanto, en el caso de que el imputado recupere su libertad, podría llevar a cabo conductas para evadir la acción de la Justicia, atento a los vínculos que mantendría con otros miembros de la organización, los que se encontrarían tanto, en la provincia donde Osuna reside (Colón, Entre Ríos­), como de otros lugares del país”, advirtieron los jueces que consideraron peligrosa su liberación.

Un alevoso crimen

El 20 de enero de 2014 la Justicia de Entre Ríos le devolvió a Osuna la libertad, en forma condicional, tras estar 16 años preso por un crimen.

Osuna era un cabo de la Policía provincial y actuó en un asesinato junto a otro uniformado, el agente Ángel Raúl Roldán. Según se estableció en la sentencia, ambos asesinaron, en la medianoche del 28 de setiembre de 1998, a Raúl Gómez, un joven de 26 años, casado y padre un hijo, que era empleado de la distribuidora Bagley de Gualeguaychú.

Esa noche Gómez había hecho un alto en un parador cercano a la ciudad de Colón, acompañado por su sobrino, Germán Gustavo Pérez, quien entonces tenía 18 años. Mientras descansaban, fueron sorprendidos por dos policías uniformados que los obligaron a dirigirse a un camino vecinal, donde los hicieron bajar del camión y tirarse boca abajo.

Luego los ejecutaron, disparándoles tres veces a cada uno hacia la cabeza. En el caso de Gómez, las tres balas impactaron en su cráneo. En tanto, podría decirse que Pérez, en ese instante, nació de nuevo: lo abandonaron dándolo por muerto, pero dos proyectiles habían impactado en su espalda, mientras que el tercer disparo, que apuntaba a la nuca, impactó en el suelo.

Los policías escaparon en un Fiat 147 blanco con 1.500 pesos que les robaron. Germán Pérez logró subirse al camión, pese a que no sabía conducir el vehículo, y se las ingenió para llegar hasta San José, donde chocó contra el frente de un comercio. Lo asistieron en el hospital y el hecho llegó a conocimiento de las autoridades, que iniciaron la investigación del suceso. Poco después se produjeron las detenciones de los dos asesinos, quienes fueron juzgados dos años y medio después.

El tribunal de Concepción del Uruguay condenó a Osuna y a Roldán a prisión perpetua, por los delitos de robo agravado por uso de arma, privación de la libertad agravada, homicidio calificado y tentativa de homicidio calificado en concurso real. Aunque la perpetua no fue tal, ya que en el caso de Osuna, en el verano de 2014 ya estaba libre. Ahora, tras haber caído en Corrientes, no sólo tendría una nueva condena por el transporte de drogas, sino que perdería el beneficio de la libertad condicional y debería cumplir la máxima pena en el encierro absoluto. Sin más concesiones.