Falleció el exbasquetbolista chaqueño Néstor “Chiqui” Carlen

Este viernes 23 de junio falleció a los 79 años el ex jugador y empresario Néstor “Chiqui” Carlen. Estuvo vinculado en su juventud a Regatas donde jugó hasta los 24 años, luego se fue a Buenos Aires para jugar en San Lorenzo integrando un gran equipo. Luego se trasladó a Bahía Blanca, donde jugó con el extraordinario Beto Cabrera. Con 20 años fue el jugador más joven de Chaco en el famoso Argentino de Mendoza donde nuestra selección fue subcampeón. A su regreso de Buenos Aires se incorporó a Villa el club de sus amores, donde jugó hasta los 36 años. Ocupó varios puestos dirigenciales, culminando como presidente durante dos ciclos. Su hermano Bucky, fue un extraordinario jugador y su hijo Rodolfo, también vistió la casaca del tricolor. Chiqui había nacido un 23 de septiembre de 1943 

En enero del 2019 le hice un reportaje mientras era jefe de deportes de un conocido diario. 

SU CARRERA

¿Cómo se desarrolló tu historia basquetbolistica?

Hasta los 24 años jugué en Regatas, con un equipo modesto pero  a veces dábamos algún batacazo. En una ocasión le arruinamos un título a Hindú, ganándole en tres suplementarios con un partido inolvidable de “Sueño” Barrionuevo. Después tenía que terminar mis estudios de Economía y me trasladé a Buenos Aires, donde tuve la oportunidad de jugar en San Lorenzo de Almagro. Teníamos un equipo fantástico, corto de 7 jugadores, al que me agregué, Perales, el Zurdo Rojas, Pacheco, Visciglia, Vasino, Perroni . Eran campeones metropolitanos.

¿Qué ocurrió luego?

Cuando terminé de estudiar, tuve un contrato laboral en Bahía Blanca. No llevaba el propósito de seguir jugando, sino como me iba a ir en el trabajo. Pero el destino a veces juega, y me encontré  en el avión con León Najnudel. Ahí nomás me llevó a Estudiantes, y a la noche estaba entrenando con el equipo. Tuve el orgullo de jugar dos años con el Beto Cabrera, el más grande jugador argentino de todos los tiempos, hasta la aparición de Ginóbili, a pesar de que él mismo sostiene que el Beto fue el mejor. Era un genio. El otro equipo era Olimpo, donde jugaban todos los monstruos como Fruet, De Lizaso, Monachessi, Cortondo. Jugar en la capital del básquetbol, donde se respiraba básquetbol, fue muy especial.

¿Cuál fue tu vinculación con Villa?

Desde siempre, nosotros vivíamos a la vuelta, mi hermano (Osvaldo)  jugaba allí. Cuando regresé después de cuatro años, me incorporé a Villa donde pude jugar con Bucky, Carlucho (Lutringer), Potolo (Sánchez), Caeco (Valussi), Penny Corbalán. Mi hermano era un monstruo, mucho mejor que yo. Jugué hasta los 36 años, cuando me retiré.

Pero no del todo, ya que seguiste como dirigente…

Fui presidente dos veces, aunque después en el segundo mandato, sentí que me dejaron muy solo a pesar del compromiso de acompañamiento, que había hecho mucha gente conmigo. Y hasta ahí llegué. A esa altura el básquetbol ya era semi rentado, y las actitudes de los jugadores no eran las mismas. Hubo un hecho en ese sentido que me marcó mucho, un jugador de muchos años con la tricolor, que se fue a jugar a Saladas, por unos pesos más. Eso me terminó de convencer.

¿Cómo evalúas tu trayectoria deportiva?

Me siento profundamente satisfecho. Arranque a los 18, a los 19 fui subcampeón argentino. Participé en otros certámenes nacionales con la selección de Chaco. Jugué San Lorenzo, en Bahía Blanca con Cabrera,  en Villa con mi hermano, con Carlucho, qué más puedo pedir.

Chiqui Carlen: “Teníamos equipo para ser campeones”

Con un largo recorrido en el básquetbol chaqueño y nacional, el exjugador de Regatas, Villa San Martín, San Lorenzo de Almagro y Estudiantes de Bahía Blanca, Néstor Adolfo “Chiqui” Carlen revivió la alegría de llegar a la final y el drama que tuvieron que vivir en Mendoza 1963 tras el accidente aéreo que enlutó al basquetbol chaqueño.

“Era muy joven cuando integré esa selección, hacía dos años que había arrancado con la práctica del básquetbol, luego de terminar el secundario. Yo tenía un problema asmático, y en esa época los médicos no te dejan hacer deportes. Yo jugaba un poco al voleibol con José María Paz, y se lo comuniqué a Marcos Goicoechea, que hizo un trabajo formidable conmigo. Él me venía a buscar todas las tardes, y me enseñaba fundamentos individuales, lanzamientos, la técnica, fue un adiestramiento de gran nivel.

Tu formación entonces fue muy rápida, porque estabas jugando en primera…

Todo ese tiempo le puse mucha dedicación, y caso curioso, empecé a jugar directamente en la primera de Regatas, no tuve posibilidades de hacer las formativas. Es decir que estuve un año y fui convocado a esa Selección. Para mí fue un privilegio tremendo. Además, provenía de un club chico, basquetbolísticamente hablando, para la época. Los que se disputaban el liderazgo eran Villa, Don Bosco e Hindú Club. Todavía no había hecho el servicio militar.

Como fogonazos aparecen en la charla el campeonato, la clasificación a la final y el accidente aéreo…

Quedamos marcados en ese campeonato de 1963 por la tragedia del accidente aéreo, que se llevó la vida de familiares de algunos jugadores y aficionados.

¿Cómo se enteran ustedes?

Recuerdo tres o cuatro momentos, que lo suelo evocar con emoción, además eran mis primeros años en el básquetbol. Le ganamos la semifinal a Santa Fe, en un resultado inesperado, al menos para ellos y la cátedra, porque en esos años eran Provincia, Capital, Córdoba y ellos los que se llevaban todo. Para nosotros no fue inesperado, porque la verdad que teníamos un gran equipo. La alegría era desbordante, era la primera vez que Chaco clasificaba a una final, no hay que olvidar que antes del profesionalismo, el Argentino era lo más importante que ocurría en el país. Cada provincia iba con sus mejores figuras. Regresamos hacia el hotel Asturias por el centro de Mendoza, gritando, viviendo al Chaco, y la gente que estaba en los bares y en la calle, nos aplaudía. Nosotros a partir de ahí estábamos convencidos de que le íbamos a ganar la final a Córdoba.

Al día siguiente, después de la cena y de haber pasado un día pletórico, nos encontramos con la triste noticia. Fue un impacto emocional tremendo el que recibimos. Sabíamos que había caído un avión, pero al principio no teníamos noticias ni de quienes viajaban en ese vuelo. A 1600 kilómetros de tu casa, no teníamos la contención de la familia, ni de tu club, nos sosteníamos entre nosotros. Esa noche no dormimos. Cuando se conoció quiénes eran las víctimas, uno de los fallecidos era el hermano de Rolando Veloso, el otro suegro de Chiche Dosso. Todo muy impactante. Además todos gente de básquetbol y muy especialmente ligados a Villa San Martín. Un hecho que tengo presente es la solidaridad de los mendocinos, que se acercaban y hablaban para darnos ánimo.

¿Cómo tomaron la decisión de jugar ese partido?

Se especulaba sobre la presentación del equipo. Nosotros teníamos la convicción de que teníamos que estar ahí dando todo, tras lo que había ocurrido, y la verdad que le hicimos un partido increíble a Córdoba. Se jugaba en un gran estadio, el de Pacífico, y cuando llegamos en medio del partido por el tercer puesto, se paró el partido, y se hizo un silencio patético, e inmediatamente sonó una ovación estruendosa. Me acuerdo ahora y me emociono. Se valoraba el gesto de que nos presentarnos a jugar en esas condiciones. Fue un partido muy disputado, a pesar de nuestro estado, de contar con dos jugadores menos y ellos que tenían un gran equipo como Marcelo Farías, Hugo y Samuel Oliva, un grandote que se llamaba Zoilo Domínguez (2.02), Olariaga y una noche encendida de Antonio Tozzi, que fue decisivo.

¿Cómo fue el regreso?

Si la ida fue difícil, tres días en tren, ni imaginar el regreso. No sé cómo llegamos a Rosario, y luego nos pusieron un micro hacia Resistencia. Cuando llegamos a Resistencia pasamos por el cementerio y dejamos una corona de flores en homenaje a las víctimas. Eran personas muy conocidas del básquetbol. Creo que lo que hicimos en esa oportunidad, es un hito comparable con el Argentino de Clubes de Villa en 1951 e Hindú Club en 1960.

Fue un equipo signado por la tragedia…

En cuanto al equipo del 1963 pareciera que se formó bajo un signo trágico. Ocho están fallecidos y la mayoría murieron jóvenes, salvo Wilfredo que se fue hace poco. Lutringer, Valussi, Outeriño, Roig, Dosso, Verón Iriñiz, Veloso, que fallecieron antes de los 60 años.                                                                                  De ese grupo estamos Cacho Stival, Pablo Lischuk y Borelli, que se quedó en Mendoza después del torneo de 1963.