Femicidio en Campana: un golpe «muy fuerte» le habría dado muerte a la víctima

Las primeras pericias indicaron que María Alejandra Abbondanza, la piba asesinada en la localidad bonaerense de Campana, murió por un traumatismo de cráneo.

Los investigadores del femicidio de María Alejandra Abbondanza, quien este sábado fue encontrada descuartizada y quemada en la casa de un vecino de la ciudad bonaerense de Campana, aseguran que la mujer murió por un fuerte golpe en la cabeza. 

El autor del hecho sería Agustin Leonel Chiminelli, de 24 años, y sus dos padres, quienes son considerados cómplices del crimen. Por su parte, Francisco, expareja de la víctima, la recordó como una persona «maravillosa» y dijo que no tiene «palabras de consuelo» para su hija adolescente, que convivía con la mujer: «destruyó a una familia completa», sentenció. 

De acuerdo a una primera revisión de los médicos sobre los restos de Abbondanza (38), esta presentaba un traumatismo cráneo-encefálico severo como causa principal de la muerte, informaron fuentes judiciales.

En este sentido, los peritos sostienen que la mujer fue asesinada de un golpe en la cabeza como una mancuerna, para luego ser mutilada y quemada, con la intención de borrar las huellas del crimen. 

Por el femicidio permanecen detenidos Agustín Leonel Chiminelli, su padre jubilado, llamado Carlos Rubén (69); y su madre Liliana Esther Sánchez (64), quien trabaja como empleada de una farmacia.

La fiscal Ana Laura Brizuela, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de Zárate-Campana, pidió la detención formal de los tres por «homicidio calificado», lo que este mediodía fue convalidado por el juez de Garantías 2 de esa jurisdicción, Julio Grassi. De esta manera, la fiscal indagará a los tres acusados recién mañana, añadió el vocero consultado.

Los detenidos por el femicidio en Campana fueron identificados como Agustín Leonel Chiminelli (24), su padre Carlos Rubén (69); y su madre Liliana Esther Sánchez (64)

A su vez, los peritos continuaban con el análisis de unos 100 sobres con evidencias levantadas en la escena del hallazgo y otros sitios de interés para la pesquisa; así también como la descarga del contenido de los teléfonos celulares de los acusados.

En ese sentido, los expertos utilizan el sistema UFED (Universal Forensic Extraction Device, en inglés) para analizar dichos dispositivos.

Las palabras de la ex pareja de la víctima

Francisco, quien fue pareja de María Alejandra Abbondanza y participó de la búsqueda de la mujer, habló esta tarde y describió a su ex mujer como «una persona excelente», que trabajaba como «acompañante terapéutica», «maravillosa» y «muy colaborativa».

«Para mi nena no tengo palabras de consuelo para decirle. Sé que es muy fuerte. Tiene muy buenos amigos, muy buenos tíos, el apoyo escolar es excelente, y también de la comunidad. Es una vida nueva para ella y para mí», expresó el hombre. 

«Solo me pongo en la piel de Alejandra y de su desesperación al saber que no iba a salir de ahí», añadió en referencia a la casa del acusado Chiminelli.

Por su parte, el joven acusado publicó por la mañana del viernes pasado en su cuenta de Twitter: «Mamá lo lamento, pero siéntase orgullosa soy como el cemento».

Y, previamente, se había manifestado en contra de los casos de violencia de género. El hecho fue descubierto ayer por la mañana, en una casa ubicada en Moreno y Alberdi, en Campana, en el marco de la búsqueda de Abbondanza, quien había sido vista con vida por última vez por su hija alrededor de las 17.30 del viernes, cuando sacó a pasear a su perro.

La adolescente se retiró a lo de su novio tras haber ido al colegio y regresó cerca de las 22.30, pero vio que su mamá no había regresado, que el perro tampoco estaba y que la casa se encontraba tal cual había quedado de la tarde.

Inclusive, el teléfono celular de Abbondanza estaba en el domicilio y tenía varias notificaciones de las personas que quisieron comunicarse con ella.

Ante esa situación, la hija de la mujer desaparecida llamó a su padre, Francisco, quien estaba separado de Abbondanza desde hacía dos años, porque le pareció raro que no había vuelto.

La vivienda ubicada en la esquina de Moreno y Alberdi, donde encontraron el cuerpo de la víctima

La búsqueda comenzó por el vecindario, pero nadie sabía nada y, luego de preguntarles a otros familiares y de haber recorrido los hospitales, a la medianoche fueron a la comisaría local para realizar una denuncia por «averiguación de paradero». Personal policial continuó la pesquisa a través de las cámaras municipales, pero ninguna de ellas captó nada.

Por su parte, la fiscal Brizuela dispuso revisar las cámaras particulares y una de ellas tomó el momento en el que Abbondanza ingresó por sus propios medios a la casa de la esquina, donde reside el ahora detenido Chiminelli.

«Tenemos cámaras que muestran que el vecino entra y sale durante toda la noche, en ocasiones con bolsas», señaló un vocero de la pesquisa. Además, a las cuatro de la mañana salió con el perro de la mujer como si fuera a pasearlo y volvió a la casa, situación que ocurrió nuevamente, pero esta vez el animal ya no tenía el pretal puesto.

La Policía encontró el pretal, la correa y la ropa de la mujer ensangrentada en un terreno baldío ubicado a dos cuadras de la vivienda, mientras que el perro fue hallado suelto a las cinco de la madrugada.

Los efectivos también revisaron los tachos de basura de la cuadra y hallaron una bolsa similar a las que había dentro del inmueble con una mancuerna, un buzo y una toalla, todo con sangre. Con esos datos, la fiscal dispuso un allanamiento de urgencia en la casa del sospechoso y los restos quemados de la mujer fueron encontrados en la parrilla de la terraza.

«En el terreno hay dos casas separadas y presumimos que el hecho ocurrió en la de atrás que estaba desocupada, en una habitación que estaba completamente limpia de manera reciente», añadió otro pesquisa y agregó: «Encontramos manchas de sangre en las puertas y un palmar como marcado con sangre, una escena macabra.»

Tras el hallazgo, los efectivos aprehendieron a Chimineli y a sus padres. En tanto, amigos y vecinos marcharon ayer por la tarde en la plaza Eduardo Costa de Campana y con aplausos pedían «justicia» por el crimen.