FMI: la suba del gasto público y la tasa de ahorro serán ejes de la revisión

Analistas advierten que, aunque el Gobierno cumplió la meta fiscal del primer trimestre, corre riesgo la pauta de superávit de u$s4000 millones de la cuenta corriente.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, emprendió la vuelta a Buenos Aires luego de participar en la Asamblea de Primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI )Tras haber mantenido una entrevista con la titular del organismo, Kristalina Georgieva, el funcionario tiene por delante la visita de la primera auditoría a mediados del mes próximo y, a pesar de que en el primer trimestre cerró los números del déficit fiscal en orden a lo que indica el programa, no se descarta que surjan cuestionamientos.

Según indican analistas privados, existe el riesgo de que debido a la suba

del gasto público “se de vuelta la cuenta corriente”, tal cual se dice en la jerga del ambiente de los economistas. Se refieren a que la diferencia entre la entrada y salida de dólares que todavía es positiva para el país se puede volver negativa de acuerdo con proyecciones macroeconómicas.

“El punto es que si siguen gastando como lo hicieron en marzo el ahorro se te va a caer”, explicó a Ámbito Financiero, Mariano Devita, analista del Instituto de Investigaciones para la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), perteneciente a la Fundación Mediterránea.

Devita plantea que “contablemente, si sube el gasto, en tu economía te estás endeudando con el resto del mundo, si este crece por encima de lo que produce el país”.

En marzo, el gobierno logró mostrar un sobre cumplimiento de las metas del programa acordado con el Fondo. Fueron casi $193.000 millones contra los $222.000 millones pautados. Para ello, el Palacio de Hacienda contabilizó como ingreso corriente $144.000 millones bajo el ítem Rentas de la Propiedad, que sería el resultado de la diferencia entre el valor efectivo y nominal adjudicado en las licitaciones de deuda en pesos del Tesoro, generadas en las reaperturas con precio de corte sobre la par, según explicó en un reciente reporte la consultora Equilibra.

“Esta contabilidad creativa puntual de marzo la pueden presentar. No se si el FMI se lo va a permitir. Creo que le van a empezar a pedir qué desarrollen qué son las rentas de la propiedad’”, planteó Devita.

El riesgo es que se mantenerse la tendencia a la suba de las erogaciones, como ocurrió el mes pasado, no se pueda llegar a fines de 2022 con una tasa de ahorro interna del 17,4% y de inversión del 16,9%, con un superávit de cuenta corriente de u$s4.000 millones, de acuerdo con los propios números que maneja el FMI, explicó el economista del IERAL. Devita advierte que si bien la primera revisión quedaría aprobada, es probable que la misión del Fondo presione al gobierno para que reduzca el gasto. En tanto, para el Palacio de Hacienda puede formar parte de la “recalibración” del programa.

El informe de la escuela de negocios de la Fundación Mediterránea subraya que “a poco de andar, han surgido las primeras luces amarillas del semáforo que monitorea el cumplimiento de las metas comprometidas con el FMI.

Al respecto, advierte que “en el plano contable, la cuenta corriente positiva surge de exportaciones de bienes y servicios que superen a las importaciones, pero, en términos económicos, ese superávit depende de que los ahorros totales domésticos se ubiquen por encima de la tasa de inversión”.

“Aunque por ‘contabilidad creativa’ se comunique un déficit fiscal dentro de las metas, si hay exceso de gasto público, menor ahorro y atraso cambiario, las consecuencias macroeconómicas no podrán evitarse”, advierte el informe, el cual dice que en ese escenario el Banco Central no va a poder sumar reservas internacionales.

Por su lado, Equilibra, la consultora que dirigen Martín Rapetti y Diego Bossio, señala que las prestaciones sociales extraordinarias anunciadas por el gobierno tras conocerse el dato de la inflación de marzo, tendrían un costo fiscal de $260.000 millones en el segundo trimestre del año, equivalente 0,4 puntos del PBI.

Como para la consultora no hay margen de mayor recaudación o para recortar otros gastos, elevaría el déficit del 2,5% al 2,8% del PBI, con el riesgo de que si el Fondo desautoriza la “contabilidad creativa”, subiría al 3%.