Francia despliega blindados y tropas frente a saqueos e incendios en protestas por gatillo fácil

Casi 900 personas fueron detenidas en Francia entre anoche y esta madrugada, en la tercera jornada de protestas y disturbios por el asesinato de un joven repartidor baleado por la Policía, que incluyeron saqueos y daños en comercios del centro de París y quema de unos 2.000 vehículos, informó el Gobierno, que anunció un próximo despliegue de tropas y blindados para contener la violencia generalizada.

La primera ministra Élisabeth Borne anunció este viernes el despliegue de blindados de la gendarmería, un cuerpo militar que cumple funciones de seguridad pública, para contener los disturbios que sacuden el país desde hace tres noches.

La oficina de Borne también anunció la anulación de los grandes eventos que necesiten la movilización de numerosos efectivos de seguridad o que representen un riesgo para el orden público, medidas que fueron adoptadas horas antes, en una reunión de crisis.

Al término de ese encuentro, el presidente Emmanuel Macron anunció el despliegue de más policías para frenar los disturbios por el asesinato de Nahel, un joven de 17 años, ejecutado de un disparo por un policía el martes último, durante un control de tránsito.

Desde entonces, Francia registra disturbios cada noche, con el incendio de ayuntamientos, comisarías y escuelas, y el saqueo de tiendas. El jueves por la noche, las autoridades desplegaron 40.000 agentes y detuvieron a 875 personas.

El Ministerio del Interior precisó que 408 fueron detenidas en París y sus alrededores suburbanos, 492 edificios fueron atacados, 2.000 vehículos incendiados y se detectaron 3.880 incendios en las calles en la pasada madrugada y noche.

Al caer la noche, la violencia emergió con más fuerza. En París, varias tiendas en el centro comercial Halles y la calle Rivoli, que lleva al museo Louvre, fueron «vandalizadas», «saqueadas» o «incendiadas», dijo un alto cargo policial citado por la agencia de noticias AFP.

En Pau, en el suroeste, los manifestantes lanzaron un cóctel molotov contra una comisaría, informó la Prefectura. Y en Lille (norte) una alcaldía de distrito fue incendiado y otro apedreado, explicó la alcaldía.

En la noche previa habían sido incendiadas comisarías, alcaldías, escuelas y autos en varias ciudades, con un balance de 180 detenidos y de 170 miembros de las fuerzas de seguridad heridos.

El regulador del transporte público en la región parisina IDFM anunció hoy la suspensión hasta nuevo aviso del servicio público de colectivos y tranvías esta noche a partir de las 21, tal como ocurrió en la víspera.

En tanto, la ONU le pidió a Francia que se ocupe seriamente de los «profundos» problemas de «racismo» en sus fuerzas de seguridad, tres días después del asesinato del adolescente.

«Es el momento de que el país aborde seriamente los profundos problemas de racismo y discriminación racial entre las fuerzas de seguridad», declaró Ravina Shamdasani, portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, durante una conferencia de prensa periódica de la ONU en Ginebra.

El Gobierno francés rechazó este viernes esas acusaciones.

«Cualquier acusación de racismo o de discriminación sistemática por parte de las fuerzas del orden en Francia es totalmente infundada», declaró el Ministerio de Exteriores francés en un comunicado.

«Francia y sus fuerzas del orden luchan con determinación contra el racismo y todas las formas de discriminación. No se permite ninguna duda sobre ese compromiso», añadió.

En 2005, el Gobierno del entonces presidente conservador Jacques Chirac declaró el estado de emergencia tras diez días de disturbios en los suburbios por la muerte de dos adolescentes cuando huían de la Policía.

Ante «el alcance de la violencia» nocturna, la derecha conservadora y la ultraderecha reclaman instaurarlo de nuevo, ya que permite a las autoridades administrativas tomar medidas excepcionales como la prohibición de desplazarse.

Sin embargo, el Gobierno duda: el ministro de Ciudad, Olivier Klein, indicó hoy que esto significaría reconocer un «fracaso», pero su par de Territorios, Christophe Béchu, aseguró que era un tema que se estaba evaluando.