La Ciudad de Buenos Aires será en 2025 el principal escenario de la disputa entre el PRO y LLA.
Un año exacto falta para la elección legislativa del 2025, para cuando ya asoma la Ciudad de Buenos Aires como una de las contiendas más picantes por la renovación de senadurías, con la cada vez menos silenciosa pelea entre Javier Milei y Mauricio Macri como telón de fondo.
La capital es clave tanto para el PRO como para La Libertad Avanza (LLA), pero por distintas razones. Más allá de los dos cargos en el Senado por la mayoría para el que gane, la pelea pasará por otro lado.
Macri, que este año recuperó el control del PRO tras romper relaciones con Patricia Bullrich, busca en primer término la supervivencia del partido que fundó y que controla el distrito de manera ininterrumpida desde 2007.
Ese poderío se empieza a poner en juego en 2025 con este primer turno electoral desde que los libertarios llegaron al poder en diciembre.
Acompañar a un espacio nuevo que tenía chances de destronar al peronismo del Poder Ejecutivo parecía una buena idea en 2023, pero dejó de serlo con el correr de 2024 y se está convirtiendo en un arma de doble filo para el PRO.
De ser la fuerza imbatible en las elecciones porteñas, pasa ahora a la incertidumbre en el resultado y la estrategia, teniendo en cuenta que los libertarios se hicieron fuertes, están trabajando en el crecimiento de su partido y también disputan la misma porción de votantes.
Con ese escenario en la cabeza Mauricio Macri medita la posibilidad de ser candidato a senador nacional. Si bien no es una decisión tomada, la posibilidad existe, aunque algunos en su entorno consideran que no debería.
«Sería una jugada similar a la que hizo Cristina Kirchner en 2007 cuando compitió sola para conservar su electorado», analizó un dirigente con moderada sintonía con Macri.
En esas elecciones, la ex presidenta se puso al frente de la boleta de senadores de Unidad Ciudadana -sabiendo que podía perder-, con el fin central de hacer sobrevivir su espacio y liderazgo.
Cristina Kirchner perdió esa elección ante Esteban Bullrich, pero su estrategia le permitió sentar las bases para la
construcción del Frente de Todos en 2019 y la victoria contudente de Alberto Fernández sobre Macri, cortándole la reelección.
Si esa será la apuesta del líder del PRO todavía no está claro, pero la mayoría en su entorno coincide que se debe encontrar una forma para lograr que el partido no muera y sea absorbido por La Libertad Avanza.
Por el lado del oficialismo, la Ciudad de Buenos Aires es el distrito que a priori se presenta como más permeable al discurso libertario y, por lógica, el más «fácil» para conseguir una victoria.
No tiene el Gobierno una provincia de su signo político, pero para ello trabaja y tiene a la secretaria general de la
Presidencia, Karina Milei, y a los Menem ocupándose del tema día y noche.
Ya dijo el vocero presidencial, Manuel Adorni, que si Milei se lo pide, él no tiene ningún problema en ser candidato a senador nacional por la Ciudad. Es más, estaría encantado con la tarea.
Un enfrentamiento Macri-Adorni por el primer puesto en la Ciudad no suena tan descabellado a doce meses de la elección, pero todavía deben definir muchas cosas antes de tener un panorama más acertado.
Las PASO sí o no
Mucho de lo que está en juego el próximo año para el PRO y LLA se definirá una vez que se determine qué pasará con las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).
El Gobierno las quiere disolver y para eso ya encaró una serie de gestiones con los denominados bloques «dialoguistas», los que le han facilitado las cosas en el Congreso.
¿Por qué importa esta negociación en la disputa entre los dos partidos? Porque de eso dependerá si finalmente hay fusión, hay ruptura o se opta por la solución intermedia de la alianza electoral.
El jefe del bloque del PRO en Diputados, Cristian Ritondo, le entregó esta semana al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, una lista con los temas legislativos prioritarios para su bancada.
Entre ellos figura una propuesta para hacer que las PASO no sean obligatorias y puedan realizarse siempre y cuando se requieran para dirimir una interna en un partido o alianza.
La eliminación de las primarias como plantea el oficialismo obligaría sí o sí al PRO a elegir entre la fusión o la competencia, arriesgandose a una derrota que luego haría más difícil la convivencia y la colaboración entre ambos espacios.
Sostener las PASO como optativas dejaría abierta la chance de entablar una alianza y que cada fuerza pudiera presentar sus propias lista, algo que en una eventual unificación dejaría en manos del más fuerte la definición del orden de las nóminas.
Para Bullrich, La Libertad Avanza «ya absorbió a los votantes del PRO» y si Macri no se pliega, ella trabajará para el Gobierno en la campaña para las elecciones 2025 y se llevará con ella a todos los que pueda.
«Patricia va donde le conviene y no tiene cariño por el PRO, como no lo tuvo con otros partidos donde estuvo», señalan en las filas del macrismo más puro.