Dos hombres de 23 y 32 años fueron condenados a 47 años de cárcel por la masacre, en enero de 2020, de seis menores y una mujer embarazada durante un exorcismo en una apartada área de una comarca indígena de Panamá, en un caso que estremeció al país.
Se trata de Abdiel González (32) y Jossafat González (23), ambos ciudadanos panameños y residentes de El Terrón, la localidad de la comarca Ngäbe Buglé donde ocurrió la masacre el 13 de enero de 2020.
La condena a 47 años de prisión por los delitos de privación de libertad, femicidio y homicidio doloso agravado se dictó en la provincia de Bocas del Toro, y se logró mediante un acuerdo de pena, luego de que ambos aceptaran su responsabilidad en los hechos imputados, indicó la Fiscalía.
Seis hombres y una mujer que también fueron detenidos por su presunta vinculación con el crimen múltiple se sometieron a un juicio oral ante un tribunal de conciencia que decidiera, luego de escuchar el caudal probatorio de las partes, si son culpables o no de lo que se les señala.
La Fiscalía recordó que las víctimas de este caso, que estremeció a Panamá a inicios de 2020, son seis menores de 1, 3, 8, 9, 10 y 17 años y la madre de cinco de ellos, una mujer de 32 años embarazada.
«Murieron como consecuencia de los múltiples golpes que recibieron en el cuerpo propinados con biblias, machetes y palos, luego de haber sido sometidos a un ritual justificando que tenían demonios que les tenían que sacar», indicó el Ministerio Público (MP) en un comunicado.
Este hecho se registró el 13 de enero del 2020 en una estructura que funcionaba como iglesia en El Terrón en medio de supuestamente un culto religioso, pero los cadáveres fueron enterrados en una fosa clandestina después, agregó el organismo judicial.
En su momento se informó de que los acusados de la masacre eran miembros de una secta autóctona denominada «La Nueva Luz de Dios», y que uno de los detenidos era el abuelo de los menores.
Las fuerzas especiales que se desplazaron al lugar tras denuncias de los vecinos rescataron a 15 personas, de ellas al menos 7 menores, que estaban secuestradas y siendo sometidas a los mismo ritos exorcistas que llevaron a la muerte a las siete víctimas, por lo que presentaban heridas que ameritaron su hospitalización.