Guerra: Alemania envió 1.000 lanzacohetes y 500 misiles a Ucrania en medio de los combates

En el tercer día consecutivo de ataques entre Ucrania y Rusia, Alemania autorizó la entrega de 1.000 lanzacohetes antitanque ​y 500 misiles a fin de equipar la defensa del país liderado por Zelenski.

Se trata de armas que habían sido suministradas previamente a Países Bajos y que requerían de la autorización del canciller Olaf Scholz para ser enviadas a la zona de conflicto.

«El ataque ruso marca un punto de inflexión. Es nuestro deber hacer todo lo posible para ayudar a Ucrania a defenderse del ejército invasor de Putin. Es por eso que estamos suministrando 1.000 armas antitanque y 500 misiles Stinger a nuestros amigos en el Ucrania», anunció el jefe de Gobierno germano, el socialista Olaf Scholz, en su cuenta de Twitter.

Según trascendió, la medida demoró en ser tomada dado que rompe con la política tradicional alemana que se basa en no exportar armas letales a lugares en guerra.

No obstante, este sábado el líder de Alemania decidió dejar de lado las razones históricas y autorizar finalmente el envío de las armas letales a fin de colaborar con la defensa ucraniana en medio de la guerra que protagoniza con el país de Vladimir Putin.

En respuesta a la acción alemana, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, agradeció el envío de armamento a través de su cuenta de Twitter.

«Alemania acaba de anunciar el suministro de lanzagranadas antitanque y misiles Stinger a Ucrania. ¡Siga así, Canciller @OlafScholz ! Coalición contra la guerra en acción», tuiteó el jefe de Estado ucraniano.

La OTAN se enfrenta a la mayor amenaza desde el fin de la Guerra Fría hace más de 30 años. Después de las sanciones de la Unión Europea, en Bruselas llegaron las advertencias militares.

Reunidos por videoconferencia, los 30 jefes de Estado o de Gobierno de la Alianza Atlántica cerraron un comunicado en el que aseguran que “La decisión del presidente Putin de atacar Ucrania es un terrible error estratégico por el que Rusia pagará un premio muy alto, política y económicamente, durante años”.

A la cumbre acudieron invitados los primeros ministros de Suecia y Finlandia. Ambos países, miembros de la Unión Europea, no lo son de la OTAN. Desde Rusia cayó la amenaza como un martillo. Moscú amenazó a Estocolmo y Helsinki con “graves repercusiones militares y políticas” si dan el paso y piden el ingreso en la OTAN.

La cumbre sirvió para activar “planes de defensa” frente a la “más grave amenaza para la seguridad euro-atlántica en decenios”. La Alianza Atlántica considera que Rusia llevaba meses planeando el ataque “brutal contra Ucrania, país independiente, pacífico y democrático”. Un ataque que se hizo “en ausencia total de provocación y sin ninguna justificación”.