Tiene 33 años y acumula 84 de cárcel tras su séptima condena. Cómo fueron sus últimos años en libertad y la venganza por la que está dispuesto a todo.
Ariel Máximo Cantero nació el 14 de mayo de 1988. Tiene 33 años y este jueves recibió su séptima condena y acumula -sin unificar- 84 de prisión.
Su nombre es sinónimo de violencia en Rosario. Muchos de los ataques que le adjudican no persiguen fines estratégicos, dicen que su único objetivo, en cambio, es sembrar terror. Las Flores y La Granada, al sur de Rosario, siguen bajo su dominio.
En esos barrios, la Policía no es bienvenida. La mayoría prefiere dirimir sus diferencias sin la intervención estatal. De ahí, la intensa ola de tiroteos y los homicidios que enlutan a la ciudad: 174 en lo que va del año.
“Guille” -a quien también conocen como “Roberto” o “Tarta” y bautizado “Anteojito” en prisión por motivos evidentes y como código interno de la organización- es hijo de Celestina Contreras. Su pareja es Vanesa Barrios, madre de sus dos hijos y condenada por narcotráfico.
La vida de “Guille” Cantero en el barrio donde se casaron Messi y Antonella Roccuzzo
El líder de Los Monos se crio, junto a Claudio “Pájaro” Cantero en una casa ubicada sobre la calle Caña de Ámbar 1816 detrás del Casino City Center, el mismo en el que se casaron Lionel Messi y Antonella Roccuzzo.
Más tarde, se integró a la familia Ramón “Monchi” Machuca, un adolescente que se ganó el cariño de “La Cele” y de su hijo mayor, pero no el de “Guille”, que lo miraba con recelo. Nunca se llevaron bien.
El 26 de mayo de 2013, cuando “Pájaro” fue acribillado por sicarios en la puerta de un boliche de Gobernador Gálvez, el clan se montó en una sangrienta venganza. El crimen quedó impune en la Justicia, pero Los Monos exterminaron a las familias de las personas que ellos mismos consideraron responsables. Una vendetta que aún continúa vigente y que llevó al clan a exhibir todo su poder de fuego y extrema crudeza.
Sin la mediación del líder más carismático de la narcobanda, dicen que “Guille” se desató. Los testigos que declararon en la causa por el homicidio de Martín “Fantasma” Paz, en septiembre de 2012 -que habría desencadenado el del “Pájaro”- dejaron en el expediente definiciones sobre el por entonces joven de 25 años, en el que también detallan la génesis de la estructura criminal que hoy mantiene el negocio del narcomenudeo pero abrió el abanico delictivo hacia las extorsiones y otros negocios ilícitos.
Los Cantero fueron, en un principio, cuatreros. Luego, notaron que un negocio más lucrativo era el de vender protección a los narcos que operaban en el barrio. En ese esquema, “lo que hacía ‘Guille’ era mandarte a tirar tiros a un bunker y te dejaba el número de teléfono, ahí se arreglaba y te protegía. Entonces ya se decía que ese bunker era de ‘Guille’, se decía que estaba protegido por ‘El Guille’”, ejemplificó una de las personas que declaró.
De a poco, fueron ganando posiciones. “Manejaban La Granada, Las Flores y 17 de Agosto donde no entraba ni la policía, ni el comando, ni nada, tenían un control absoluto de estos barrios”, detallaron y contaron como se expandieron a otros lindantes. Nadie podía “abrir” un búnker sin el permiso expreso de “Guille”. Incluso, a Barrios se le adjudicó el manejo de los remises “truchos” que trabajan en el Casino y lograron obtener un estacionamiento fuera de ese edificio.
Guille Cantero, un narco temerario “muy apegado” a la madre
A los narcos que protegía, además, los abastecía con armas, que no podían perder. “A quien se le tiene miedo es a ‘Guille’. Pájaro era conciliador, para ser violento tenía que suceder algo extremo”, los diferencian. Ambos tenían un vínculo especial con su mamá, casi dependiente. El mayor, incluso, se hizo una casa detrás de la de “La Cele”. “‘El Guille’ también era muy apegado a la madre”, señalaron.
La organización fue creciendo, ganando territorio (a fuerza de violentas usurpaciones, amenazas y disparos) y tejiendo redes. En el esquema, Monchi quedó a cargo de los contactos con las fuerzas de seguridad. “A ‘Guille’ no le gustan los policías”, explicaron.
La caída de “Guille” Cantero y el control de mando desde la cárcel
El capo narco fue detenido en junio de 2013, cuando se entregó a la policía, que lo buscaba por el homicidio del dueño de la disco en la que mataron a su hermano. Fue condenado en abril de 2018 a 22 años de cárcel por ese crimen y por asociación ilícita, en el primer juicio a “Los Monos” que terminó con altas penas para la mayoría de los miembros de la banda.
Desde entonces, continúa liderando la organización desde la cárcel: coordina envíos de marihuana y cocaína, amenaza, ordena extorsiones, homicidios, secuestros y balaceras. Sea en una penitenciaria provincial o federal, al parecer el encierro lo dotó de protección y mayor operatividad. Dicen que, ahora, su negocio más lucrativo es la violencia y que Esteban Lindor Alvarado, su principal competidor, lo superó -por mucho- en cuanto a la venta de droga.
Su caso y el de otros jefes criminales empujaron a la Procunar, a cargo de Diego Iglesias, a pedir un plan de acción a las autoridades para frenar un fenómeno que crece y que “trae aparejadas serias amenazas contra la seguridad de la población, en general, y de los operadores del sistema de administración de Justicia, en particular”.