Habló la víctima del brutal intento de femicidio en Núñez: «Estaba furioso»

La víctima recibió más de 20 puñaladas por parte del hombre con quien estuvo 23 años en pareja.

Débora tiene 45 años y logró sobrevivir a casi 30 puntazos efectuados con arma blanca cuando fue sorprendida y atacada por su expareja Sergio Sarria (41) en una pizzería del barrio porteño de Núñez.

El episodio, que tomó estado público en las últimas horas, sucedió el lunes pasado a las 20.45. La mujer se encontraba en la cocina del comercio, situado en Quesada y avenida Cabildo, cuando el agresor, de 41, se acercó hasta el mostrador y saltó hacia ella.

Según puede verse en las imágenes tomadas por la cámara de seguridad del local, el sujeto la tomó del cuello, la tiró hacia el piso y, de inmediato, comenzó a lanzar las puñaladas.

El dramático testimonio de la víctima del intento de femicidio en Núñez

“Entró por la fuerza, atacó a mi compañero, después me atacó a mí. Me atacó con alguna navaja, algún cuchillo que él trajo, después con un cuchillo con el que yo trabajo en la pizzería”, relató Débora, tras ser dada de alta.

“Gracias a Dios no estaba tan afilado porque si no seguramente me podría haber asesinado porque es un cuchillo como de carnicero con el que corto las pizzas. Me pegó por todos lados, me golpeó la nariz. Tengo una apuñalada dentro de la órbita del ojo derecho. El ojo también está medio complicado”, agregó.

Débora contó que tiene un corte re grande en el codo porque su expareja la cortó con el cuchillo. «Milagrosamente no logró matarme, creo que en gran parte por la ayuda que recibí de los vecinos, de mi compañero, que lo trataron de golpear, de quitármelo de encima, pero estaba furioso”, se la escucha decir a Débora en el audio.

“Me quiso matar como un animal, la verdad. Cuando me atacó no me dijo nada, mientras me atacaba tampoco me decía nada, solo sé que me pegaba, me pegaba, me pinchaba por todos lados. Todas las puñaladas que tengo son en las costillas, en el cuello, en la cara, en el ojo. Fue terrible, aterrador”, agregó.

Luego reveló que: “Estaba desesperada. Lo único que se me cruzaba en la mente era cómo escaparme. Y no podía porque no me soltaba. Mis vecinos, mi compañero, todos trataban de alejarlo. Y como que él se daba vuelta, trataba de evitar que los sigan molestando, y volvía una y otra vez sobre mí”.

Con respecto a cómo era su relación antes del ataque, contó: “Yo estaba separada de él hace un poco más de un año, viví 23 años con él, y en esos 23 años siempre hubo violencia. Nunca lo denuncié porque, qué sé yo… cuando uno vive ahí no tomas conciencia cuando estás en ese círculo vicioso”.

Además, declaró: “Es el padre de mi hija, entonces siempre supuse que si lo denunciaba le hacía alguna especie de daño. Nunca pensé en mí. Nunca lo denuncié. Siempre hubo violencia, bastante violencia, pero no, nunca fui capaz de denunciarlo. Sí, con mi hija pude hablar. Ella está desolada, pobre, está triste, porque ella más que mal es su padre y ella le tiene cariño”.