Pablo Serrano murió en junio pasado y la investigación se centró en el club, por pedido fiscal y de la familia de la víctima, así como a la empresa de seguridad privada.
La fiscalía de eventos deportivos a cargo de Célsa Ramírez imputó al Club Atlético River Plate y a la seguridad privada contratada por la muerte del hincha Pablo Serrano, quien cayó de la tribuna Sívori alta durante un partido en junio pasado y murió.
La imputación fue hecha también por la familia de la víctima con una presentación hecha por la abogada Paula Peralta en representación de sus hijas, y apuntando al club como responsable de homicidio culposo de Serrano ante la falta de cuidado y a la empresa de seguridad privada Tech.
La acusación, donde la fiscal Ramírez también apunta al Comité de Seguridad del Fútbol, es que no se tuvo en cuenta los resguardos correspondientes para evitar el hecho, al cual le precedieron al menos hechos similiares en el mismo sector desde donde cayeron otros hinchas que tuvieron lesiones.
Luego del incidente desde donde cayó el hombre, sobre el cual se hizo pericias y se determinó que estaba con alcohol en sangre, pues había compartido un asado previamente con otra gente, la tribuna estuvo clausurada por algunos días.
Finalmente, la fiscalía habilitó su funcionamiento pero River debía adoptar ciertas medidas de seguridad como ser la ubicación de personal de seguridad con más presencia para evitar futuras caídas, así como cartelería y la voz del estadio como efecto disuasivo.
La investigación se basó en las imágenes de las cámaras de seguridad del estadio ha sido crucial en este caso, ya que los vídeos han revelado que Serrano intentó sostenerse de las banderas mientras caía y que su intención aparente era sentarse en la baranda de una altura de 1.40 metros, como otros aficionados lo estaban haciendo en ese momento.