El Ministerio de Comercio de China lanzó una investigación sobre las importaciones de carne vacuna provenientes de Argentina, Brasil y Uruguay.
Esto ocurre en respuesta a denuncias de la Asociación China de Ganadería y representantes de nueve provincias, quienes afirman que el incremento en las compras internacionales desde 2019 a 2024 ha afectado la estabilidad del mercado interno. Este anuncio provocó una caída significativa en las acciones de empresas brasileñas, como Marfrig Global Foods, JBS y Minerva.
Las importaciones de carne en China han crecido un 64,9% entre 2019 y 2023, alcanzando un aumento del 106,28% en el primer semestre de 2024 en comparación con el mismo período de 2019. Las empresas brasileñas, que tienen grandes inversiones en Argentina, experimentaron una caída en sus acciones tras el anuncio. Marfrig, propietaria de varias marcas en Argentina, adquirió recientemente una fábrica de alimentos procesados en China por USD 80 millones, con planes de abastecerla con carne de Argentina, Brasil y Uruguay.
China mantiene un superávit comercial considerable con Argentina, acumulando un saldo a favor de más de USD 87.000 millones desde 2008. En noviembre, el país asiático representó el 22,7% de las importaciones argentinas, pero solo el 5,2% de sus exportaciones. A pesar de ser el principal destino en volumen para la carne argentina, el precio promedio de las ventas a China es significativamente menor que a otros países como Alemania y Chile.
«Las importaciones chinas ayudan a controlar la inflación, pero impactan negativamente en los sectores industriales», señaló Paolo Rocca, CEO del grupo Techint, destacando la asimetría en el comercio entre América Latina y China.
El incremento en las importaciones de carne argentina, brasileña y uruguaya motivó a China a iniciar una investigación por posible daño a su mercado interno. La medida ya impactó en empresas brasileñas, reflejando la complejidad del comercio entre China y América Latina.