Se trató de una operación contra 1.300 objetivos del movimiento islamista Hezbollah. Reportaron un millar de heridos.
Israel anunció que golpeó este lunes más de 1.300 objetivos del movimiento islamista Hezbollah en el sur y el este de Líbano, unos bombardeos que dejaron 496 muertos, incluyendo 35 niños, pese a los llamados de la comunidad internacional a la moderación.
El ejército israelí también anunció un ataque en Beirut que, según una fuente próxima a Hezbollah, iba dirigido contra un comandante del movimiento proiraní en el sur del país, Ali Karake, número tres del grupo islamista. Sin embargo, según Hezbollah, el comandante está «bien» y en un «lugar seguro».
El balance de los bombardeos de este lunes en el sur y el este de Líbano fue de 496 muertos, incluidos 35 niños, y más de 1.240 heridos, en el día más mortífero en casi un año de enfrentamientos transfronterizos, dijo el Ministerio de Salud libanés.
Entre los fallecidos también hay 42 mujeres, indicó el ministerio, cuyo anterior balance era de 270 muertos y más de mil heridos.
En un video, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, recomendó a los libaneses «alejarse de las zonas peligrosas» mientras el ejército termina su «operación» en el sur del país y en el valle de Becá, en el este.
Su homólogo libanés, Najib Mikati, denunció un «plan de destrucción» contra su país, y llamó a la ONU y a los «países influyentes» a «disuadir» al gobierno israelí de esta «agresión».
Frente a esta escalada, Estados Unidos, principal aliado de Israel, exhortó a sus ciudadanos a abandonar Líbano.
El presidente estadounidense, Joe Biden, reiteró este lunes que está «trabajando para lograr una desescalada».
En tanto, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se mostró «muy preocupado por la escalada de la situación y por el gran número de víctimas civiles, incluidos niños y mujeres», según su portavoz, Stéphane Dujarric.