Por Héctor Sotelo (hermano de Soledad Sotelo)
Todo lo que me queda.
Es imposible poder aguantar las ganas de llorar al escribirte, Sole.
El jueves 16 de diciembre del 2021 fue la última vez que estuvimos juntos y vivos los dos. No recuerdo bien lo que hablamos o nos dijimos, pero sí tu sonrisa, esa que tantas veces hacía olvidar a las personas que te conocieron que, de vez en
Cuando, eras medio cara de traste.
Mamá, yo y el resto de tu familia y amigos estamos despedazados. No podemos
entender por qué te fuiste de manera prematura. De a poco espero que los pedacitos nuestros se vayan uniendo lentamente, como el rompecabezas que hiciste durante las restricciones de la pandemia y me lo regalaste. Quiero en la vida que me queda simplemente dos cosas. Una, de a poco se está cumpliendo. Es recordarte con la alegría y el entusiasmo que tenías para vivir y disfrutar de la vida. Lo otro que pido es que, si existe un dios o diosa que maneja los destinos de nuestro mundo, que se apiade de mi familia y que lo que te pasó a vos, Sole, sea lo peor que le pase a mi familia por muchos años.
Vos no estás muerta, Sole. Mueren las personas a quienes les queda grande el simple hecho de ser humanos. Nunca vas a morir. Mueren los seres inmundos, mueren las mentiras, las falsedades, las manipulaciones, la violencia, la soberbia, la perversidad, muere todo lo que vos no eras, Sole… Siempre vas a estar viva, en cada vaso de cerveza que tome, en cada canción que escuche, en cada sonrisa que de casualidad me salga, en cada capítulo de los Simpsons que de casualidad lo revea, en cada festejo que participe, en cada situación en la cual mi corazón se altere de alegría, ahí vas a estar, en ese corazón que me quedó con un aguijón que lo voy a tener hasta el día que te vuelva a ver y me lo saques y me digas ‘tanto lio por esto’.
Las palabras andan sueltas como mariposas, cuando uno no sabe juntarlas porque carece de una red recurre a lo más fácil, que es a algo ya amontonado…. Es lo que me sale hacer. Es por eso que a mi hermana intento recordarla de esta
manera…con una canción… que no sé si alguna vez la escuchó y que quizás no
le hubiera gustado. Pero esas palabras amontonadas me sirven ahora a mí para no pensar tanto en lo que escribo y expresar lo que siento. Y lo que voy a recordar siempre…
Dice el poeta Juan Gabriel:
“Cada vez que te recuerdo
Te recuerdo dulcemente
Con cariño y con respeto
Con amor y admiración
Fue tan bello nuestro encuentro
Nuestra entrega y nuestro amor
Nuestros días, nuestras tardes
Nuestras noches, nuestro adiós
Te recuerdo dulcemente
El día de tu cumpleaños
El día de tu santo
Navidad y Año Nuevo
En mi mente vives siempre
Y en mi mente vivirás
Porque tú eres el recuerdo
Que jamás quiero olvidar
Aunque sé que puedo y debo
Pero no lo hare jamás
Y te recordare. toda mi vida
Y te recordare. mientras yo viva….”
Hoy 16 de diciembre de 2022, a un año de habernos chocado los puños en modo pandemia por última vez, te sigo recordando dulcemente y para siempre.
Agradezco a todas las personas que me dieron fuerzas para poder seguir viviendo, a mi familia, amigos, al señor José Ballesta, a la Secretaría de Derechos Humanos, a todo el colectivo de mujeres que apoyaron siempre marchando y reclamando lo que debería ser obvio, y a tus amigos Sole, quienes se quedaron en este mundo con una ñeri menos, pero ganaron un ángel en el otro barrio. No sé qué me depare el destino de acá en adelante…pero si de algo estoy seguro es de que todo lo que me queda tiene que ver vos.
Besos a donde estés.