La mujer fue asesinada el jueves pasado en el cementerio de Angaco mientras trabajaba. Sus compañeros identificaron a su expareja como el asesino. En 2020, ya había intentado matarla.
Yanina Pérez fue asesinada brutalmente de cinco puñaladas el jueves 15 de febrero en el interior del cementerio municipal de Angaco, en San Juan, donde trabajaba. Sus compañeros lograron identificar a su expareja, Omar Ariel “El Guascazo” Pérez, como el asesino, quien está prófugo desde ese día.
En las últimas horas, se conocieron audios del presunto asesino donde él mismo se adjudica el crimen. “Le di como cinco puñaladas”, dijo en un audio que le envió a un conocido y que el Diario Cuyo, dio a conocer en las últimas horas.
Pérez le habría enviado un mensaje a un conocido consultándole sobre qué decía la gente del pueblo acerca de él. Esta persona le contó que lo estaban buscando porque habría matado a una mujer y él inmediatamente lo confirmó con un aberrante audio: “Me tenía cansado con sus amenazas, la mugrienta esa. Le di como cinco puñaladas”.
A pesar de esta nueva información, la policía aún no logró hallar al sospechoso y siguen realizando allanamientos por los campos de Albardón y San Martín, los lugares donde los testigos indicaron que suele esconderse.
Entró a su trabajo, la mató y escapó
El brutal femicidio de Yanina ocurrió el jueves pasado al rededor de las 10 de la mañana, mientras ella realizaba su trabajo de limpieza habitual en el cementerio municipal de Angaco.
Según indicó el fiscal Adrián Riveros, a cargo de la causa, Pérez “habría entrado al cementerio en bicicleta”. Luego de asesinarla de cinco puñaladas, se dio a la fuga a pie y desde ese entonces no se sabe más nada de él.
“El hombre no cumplía funciones en el cementerio, pero hay una versión de que era empleado municipal. Hasta el momento no se descartan ninguna hipótesis sobre el ataque”, concluyó.
De acuerdo a la autopsia realizada por el cuerpo forense de San Juan, la víctima tenía cinco heridas punzocortantes: una en mama derecha, otra en hemitórax derecho, otra en la zona del abdomen, una cuarta en el hemitórax izquierdo y la quinta en las costillas izquierdas.
También, determinaron que la mujer presentaba lesiones cortantes en la mejilla y en su mano izquierda, producto de lo que se cree fue un movimiento defensivo.