La tía de Natalia Resser, la joven de 30 años que falleció junto a su hijo durante un parto en el Hospital Pasteur de Córdoba, escribió una desgarradora carta en la que despidió a su sobrina y denunció a los médicos por mala praxis, abandono de persona e inoperancia.
En el sentido testimonio, Mónica Resser contó que “Nathy tenía todo preparado” para dar a luz a su hijo -que se iba a llamar Izad-, pero que “en un segundo le cambió el destino”. “Inoperancia médica, mala praxis, abandono de persona y un final que desencadenó la muerte de su bebé, y tras él se fue ella”,agregó.
La mujer responsabilizó a las autoridades del Hospital Pasteur por poner “gente inexperta, maltratadora, abusiva” a los que señaló como “delincuentes con batas que descartaron así como así a una mamá que recién comenzaba su vida”.
De acuerdo al relato de la mamá de la víctima, la joven de 30 años llegó al hospital de Villa María, Córdoba, con contracciones y los médicos demoraron en atenderla porque estaban realizando un paro de personal.
Las demoras generaron la muerte del bebé y luego de la cesárea la madre murió en una segunda operación. “No tuvo la suerte de encontrar gente responsable que la atienda y que reciba a su bebé cómo se merecía”, agregó.
“Solo pensar en tanto sufrimiento me duele hasta la piel. Te arrancaron la vida, la alegría, lo más lindo de tu ser, pero solo agradezco a Dios Santo que te crecieron alas para que puedas volar y ser feliz junto a tu bebé”, escribió Mónica en una carta publicada por el diario Villa María Ya.
La tía de la víctima describió a Natalia como “una niña/mujer llena de vida que andaba siempre con una sonrisa” y que estaba dedicada a “sus estudios, su familia, su hijito de tres años y su bebé por nacer”.
Mónica contó que la joven de 30 años estaba recibida de Ingeniera agrónoma y trabajaba como maestra jardinera. La destacó como una persona que “adoraba a su mamá y hermanos” y dijo que era “muy unida con su familia”.
En ese sentido, lamentó: “Recién daba sus primeros pasos con su nueva familia, su esposo, su hijito de tres añitos y el que venía en camino, y no llegó. Le cortaron su historia de vida, la humillaron, la subestimaron, la maltrataron de tal manera que aún siento su dolor”.
“Perdón por no estar para defenderte de los que te hicieron mal, tengo sed de justicia. No descansaré hasta que mire al cielo y te vuelva a ver con esa hermosa sonrisa y diciendo “ya puedo descansar en paz. Se hizo justicia por mí y por mi hijo”, dijo la mujer.
En el cierre de la carta, agregó: “Te amo Nathy Resser e Izad, me despido sabiendo que ambos están juntitos allá arriba abrazados y buscando a otros seres queridos. Seguí jugando con tu muñeco mi vida, él te acompañará por siempre”.