Carina Medina habló con luego de recuperar su libertad este martes, tras el fallo que determinó el Tribunal Oral Correccional 7 de Lomas de Zamora, que entendió que la mujer actuó en legítima defensa de terceros, por el homicidio de Adrián Quiroga, en 2019.
El 23 de octubre de 2019 Carina Medina regresó a la casa de su mamá situada en la localidad de Lomas de Zamora luego de cumplir su jornada laboral como enfermera en el Centro para Discapacitados, de Monte Grande. Allí, se encontró con la postal de siempre. Su cuñado, amenazando que «las iba a matar a todas».
En otras ocasiones, ya había intentado pisarla con el auto. Además, que la hermana de Carina era víctima constante de sus violentos ataques. En medio de una acalorada discusión, y de reiteradas amenazas, Carina no lo dudó. Subió a una de las habitaciones donde su marido guardaba un arma registrada, y le disparó a su cuñado directo al pecho. El balazo resultó fatal. Posterior a eso, Carina contó que no tiene registro de lo que ocurrió porque entró en «estado de shock».
Desde entonces quedó a disposición de la Justicia, privada de su libertad, hasta este martes que el Tribunal Oral Correccional 7 de Lomas de Zamora la absolvió del homicidio de Adrián Quiroga por entender que ella actuó en legítima defensa de terceros en contexto de violencia de género.
«Todavía no caigo, tres años pasaron esperando el veredicto», sostuvo Medina de 42 años. En ese sentido, aseguró que desde que comenzó el juicio se sintió «escuchada y respetada», y celebró que se la haya juzgado con perspectiva de género.
Al ser consultada sobre los proyectos que tiene a corto plazo ahora que goza de plena libertad, respondió que «por el momento no tiene nada planeado». La única certeza es que intentará cumplir la meta de terminar sus estudios de la Licenciatura en Justicia en Derechos Humanos, la cual comenzó con el objetivo de «ayudar a otras personas», ya que según advirtió, quienes están privados de su libertad «no tienen voz, ni voto».
Durante el juicio que comenzó el pasado 27 de septiembre por el homicidio de su cuñado, Adrián Quiroga, fue representada por su abogada, la doctora Raquel Hermida Leyenda, quien se mostró feliz por el fallo que determinó la Justicia en base al artículo 34 del inciso séptimo del Código Penal, por el que su representada ya «está libre totalmente», dijo a este medio.
«El homicidio que ella comete es en un contexto de violencia de género, de manera que no es anti jurídico», sostuvo Hermida Leyenda que tomó la defensa cuatro días antes que comience el juicio.
El homicidio de Adrián Quiroga tuvo lugar el 23 de octubre del 2019. «Ese día amenazó de muerte a mi nena de 12 años- ´A vos también te voy a dar´-le había dicho, y le mostró la pistola. Mi hija, me llamó llorando al trabajo», relató Medina a este medio.
Ese 23 de octubre Carina llegó de trabajar a la casa de su mamá. Y se encontró con que su cuñado, quien tenía antecedentes penales por robo armado, «quería llevarse a su sobrinita de un año y medio a la fuerza».
«A las siete vengo y los mato a todos», había advertido Quiroga. La situación ya era insoportable. El viernes pasado al día del homicidio, el hombre «la había querido chocar con el auto». «Me tiró el auto encima», expresó Medina. Además, que Quiroga ejercía violencia de género contra la hermana de Carina desde el 2003, aunque nunca lo habían denunciado ante la Justicia por temor.
«La golpeaba sin parar, yo llegué a ver a mi hermana sin un diente», contó a este medio la entrevistada.
«Mi mamá le llegó a dar 200 dólares para que se vaya y nos deje en paz, pero nunca se iba», dijo Carina.
Y agregó: «Eran permanentes los episodios de violencia, fueron muchas las cosas que tuvimos que soportar».
Impulsada por el hartazgo y la impotencia, Carina contó: «Subí ciega a buscar el arma de mi marido».
«Yo llegué a intercambiar un par de palabras. Le decía que se vaya, que nos deje en paz. Y él me dice-´Pelotuda que haces con un arma´-Ahí hace el gesto de sacar el arma de él, que siempre la tenía guardada detrás de la cintura, y no sé cómo, pero le disparé en el pecho», relató. Y hace hincapié en el «no sé cómo» porque, según sostuvo, «antes de ese momento, nunca había tocado un arma, ni sabía cómo manejarla», debido a que les tenía «terror». Incluso había sido motivo de reiteradas discusiones con su marido, contó.
Tras disparar, Carina «entró en estado de shock». «No me acuerdo ni quien me sacó el arma de la mano», puntualizó. Luego se enteró que fue su marido. También fue él quien se comunicó con el 911 y desde ese momento Carina quedó a disposición de la Justicia imputada por homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego.
Tres años pasaron hasta que recuperó su libertad. Un año giró entre la comisaria y el penal de Magdalena, y los dos años restantes cumplió arresto domiciliario con tobillera electrónica.
Este martes con el fallo de la Justicia que la absolvió, Carina está decidida a dar vuelta la página de su vida. «Necesitamos darle un cierre a todo lo que pasó», concluyó.