Esta escultura, de 12 metros de altura, con Lee altivo, desafiante, montado sobre un caballo, que simboliza también las divisiones de la Guerra de Secesión (1862-1865), fue desmontada esta semana en Virgina tras una campaña del movimiento «Black Lives Matter».
Gran parte del esclavismo confederado está inmortalizado en la figura del general Robert E. Lee, cuya inquebrantable estatua ha sido desmontada esta semana en Virgina tras una campaña del movimiento «Black Lives Matter» (Las vidas negras importan) para luchar contra el racismo en Estados Unidos.
Esta escultura, de 12 metros de altura, con Lee altivo, desafiante, montado sobre un caballo, simboliza también las divisiones de la Guerra de Secesión (1862-1865), que causó entre 620.000 y 820.000 muertos, según el sitio web American Battefield Trust.
Otro emblema de la Confederación es la bandera roja, con franjas azules en forma de equis, adornada con estrellas blancas, que fue retirada de varios sitios públicos sureños.
El general Lee comandaba el ejército Confederado de Virginia del Norte, luego de que se iniciara la contienda civil debido a la separación de Carolina del Sur de la Unión, el 20 de diciembre de 1860.
A esta administración se sumarían luego cinco estados que firmaron una constitución, a la que se plegarían otros territorios del sur estadounidense.
Las demás estados norteños siguieron siendo miembros del Gobierno del presidente Abraham Lincoln, aunque Texas ya había empezado a preparar su separación.
Antes de ser bajada de su pedestal, la estatua de Lee brillaba sublime e iracunda sobre la avenida Monument de Richmond, la capital de Virginia, como una señal del pasado esclavista.
«El racismo es la herida que más divide a Estados Unidos, porque combina elementos históricos con realidades políticas muy concretas del día de hoy», dijo a Télam Patricio Navia, profesor de la Universidad de Nueva York.
El sociólogo chileno nacionalizado peruano señaló que «la guerra civil estadounidense dejó heridas muy profundas, y hoy esas cicatrices no terminan de cerrar. Además, hay tensiones que han evolucionado y otras que se han redefinido a partir de divisiones políticas más recientes».
«Por un lado, están los que niegan el pasado racista y se esmeran en desmentir las muestras contemporáneas de racismo. Por otro, aparecen los que aprovechan esa dolorosa historia para tratar de deslegitimar a sus rivales», opinó el analista.
Lee, considerado un alumno brillante de la academia militar de West Point, era un estratega que solía salir airoso de todas sus batallas.
Sin embargo, se rindió a las fuerzas del general Ulysses S. Grant en la batalla de Appomattox Court House, el 9 de abril de 1865. Y así se convirtió en un símbolo de la «causa perdida» de la Confederación.
La Corte Suprema validó el desmantelamiento de la estatua, tras una campaña del grupo «Black Lives Matter».
Durante 131 años su estatua se elevó sobre Richmond. Pero finalmente fue removida después de las protestas en reclamo de justicia racial, tras el asesinato a manos de un policía de George Floyd en la ciudad de Minneapolis, en el estado de Minnesota, el 25 de mayo de 2020.
La semana pasada, la Corte Suprema de Virginia validó finalmente el proceso de desmantelamiento de la estatua, tras una campaña iniciada por el grupo «Black Lives Matter». Esto provocó, además, que muchos monumentos confederados fueran desmontados en todo el país.
«Después de tanta vergüenza y oprobio, la justicia se hizo presente para poner en orden las cosas», dijo a Télam el director del Instituto de Relaciones Internacionales (IRI), dependiente de la Universidad Nacional de La Plata, Norberto Consani.
Para esta analista, «la sociedad norteamericana se sacó de encima un símbolo de una división tan negativa en su historia y en su presente».
El expresidente estadounidense Dwight D. Eisenhower (1953-1961) defendía al general Lee. Tenía un retrato del militar confederado junto a otros estadounidenses ilustres, entre ellos Lincoln.
En respuesta a una carta critica enviada por el doctor León W. Scott, Eisenhower señala: «Lee era, en mi estimación, uno de los hombres supremamente dotados producidos por esta Nación».
Pero un artículo del diario The Washington Post, escrito por Gillian Brockell, opina lo contrario. «A pesar de los antiguos revisionistas históricos, y de lo que los memes de redes sociales señalan, Lee era dueño de gente esclavizada. Él trataba a ellos duramente, persiguiéndolos y castigándolos cuando se escapaban. También separó a varias familias para pagar deudas y luchó en los tribunales para evitar que fueran liberadas».
En la Guerra Civil se enfrentaron once estados sureños, incluidos los esclavos, contra 23 estados conformados por 22 millones, bajo el liderazgo de Lincoln. Indudablemente, el Norte era superior: tenía mejores industrias y recursos.
En la Proclamación de la Emancipación Preliminar, el presidente Lincoln declaró que a partir del 1 de enero de 1863 todos los esclavos de los estados que se rebelaron contra la Unión quedarían en libertad.
Desgraciadamente, esta decisión del mandatario republicano, que murió asesinado de un balazo por un partidario de la Confederación, el 15 de abril de 1865, no significó el fin de la esclavitud en Estados Unidos.