Por primera vez en Argentina se realizó un trasplante de hígado como parte de un tratamiento para las metástasis hepáticas del cáncer de colon: una paciente recibió parte del órgano de su hijo (donante vivo).
Por primera vez en Argentina se realizó un trasplante de hígado como parte de un tratamiento para las metástasis hepáticas del cáncer de colon: una paciente recibió parte del órgano de su hijo (donante vivo).
«Nos parece una gran noticia de fin de año que abre nuevas posibilidades terapéuticas a otros pacientes», expresó a Télam Gabriel Gondolesi, jefe del equipo de Trasplante Hepático del Hospital Favaloro que llevó adelante el procedimiento a finales de noviembre.
El de colon es la segunda causa de muerte por cáncer y el tercero en incidencia a nivel mundial. Tras la evaluación de potenciales candidatos, el trasplante se concretó utilizando la mitad del órgano de un donante vivo –el hijo de la paciente– y ambos evolucionaron «satisfactoriamente», informaron las hepátologas Silvina Yantorno y Valeria Descalzi, que integraron el equipo de Trasplante Hepático.
«La resección hepática y tratamiento con quimioterapia han incrementado la supervivencia (cantidad de tiempo que viven los pacientes), constituyéndose en el tratamiento estándar, cuando pueden ser aplicados», señaló Gondolessi.
«La resección hepática y tratamiento con quimioterapia han incrementado la supervivencia (cantidad de tiempo que viven los pacientes), constituyéndose en el tratamiento estándar, cuando pueden ser aplicados»
El especialista añadió que «en algunas situaciones, ya sea por el número de las metástasis o su localización, la cirugía de hígado no puede realizarse», y en esos casos es los que se aplica «la posibilidad del trasplante hepático, que comenzó a planearse hace algunos años».
Los trasplantes hepáticos en pacientes con enfermedad oncológica han sido realizados y aceptados para algunos tumores primarios de hígado, pero esta es la primera vez que se utilizó este tipo de tratamiento para afecciones hepáticas por metástasis en el país.
En 2006, en Noruega, donde la oferta de órganos supera a la demanda, se aprobó el estudio SECA-trial, cuyo objetivo fue trasplantar pacientes con metástasis irresecables de cáncer colorrectal y en 2016 se presentaron los primeros resultados en los que se observó que los pacientes vivían tres veces más cuando se trasplantaban, en comparación con quienes solo recibían quimioterapia.
El primer trasplante en Latinoamérica se realizó en Brasil en 2019 cuando se utilizó el lóbulo derecho de un donante vivo adulto. El trasplante realizado por el Hospital Universitario Fundación Favaloro se convirtió en el primero de la Argentina e implicó un trabajo previo de tres años.
Para Pablo Barros Schelotto, cirujano que integró el equipo que realizó el procedimiento, dijo que es fundamental crear conciencia sobre la importancia de la donación de órganos post mortem.
«Si bien gracias al donante vivo se puede hacer este tipo de trasplante, lo que debería destacarse es la importancia de la donación cadavérica. Se llega al donante vivo porque no hay donantes cadavéricos. Todavía falta avanzar en eso en Argentina y creo que es el principal foco al que los medios de comunicación, los médicos y los colegios deben trabajar para crear conciencia», indicó el especialista.
En cuanto a la seguridad del donante vivo, el cirujano sostuvo que «todo acto médico tiene un riesgo», pero aclaró que «son cirugías donde están muy estudiados los donantes y los riesgos se tratan de minimizar».
«En este caso fue muy favorable porque nuestra paciente tenía un hijo que quería donar, con todos los riesgos y potenciales complicaciones que se pudieran producir pero la familia estuvo dispuesta a hacerlo», subrayó Gondolesi.
La seguridad del procedimiento
Para este tipo de trasplantes existe un criterio de selectividad «extrema» para asegurar resultados adecuados, indicó la Fundación Favaloro.
Un trabajo reciente elaborado por el equipo de profesionales de Noruega mostró que de 160 posibles candidatos a este procedimiento, sólo 40 fueron considerados factibles y 3 pacientes lograron ser trasplantados hasta el momento de la publicación.
«Por eso, en el caso de esta paciente estuvimos muchos meses hasta tomar la decisión de efectuarla. Tiene que cumplir con criterios claros de estar bajo tratamiento de quimioterapia, no tener progresión de la enfermedad en un tiempo mayor a seis u ocho meses, no tener enfermedad extra hepática», explicó Gondolesi.
Y remarcó: «Si se cumple con todos estos requerimientos, la paciente es evaluada en un equipo multidisciplinario y si cumple con factores favorables se puede realizar o indicar el procedimiento».
El profesional afirmó que «a pesar de que estamos viviendo crisis diarias en el medio de una pandemia, no hay que frenar los procesos innovadores en nuestro país». «Creo que es importante mostrar que se sigue trabajando a pesar de todo», concluyó.