La Mona Jiménez recordó el incidente que lo dejó en coma por 5 meses: «Nadie sabía si iba a vivir»

El ídolo cordobés, la Mona Jiménez recordó la terrible experiencia vivida cuando fue a ver un partido de fútbol y terminó con el corte del nervio de la coordinación.

«Otro día perdido» sigue generando buenos momentos de esos que el espectador agradece. Este jueves 14 de agosto el invitado fue la Mona Jiménez, que dejó su clásica alegría por un rato para contar la vez que un violento episodio en una cancha de fútbol lo dejó en coma cinco meses cuando todavía no era tan famoso.

Todo comenzó, según contó, en la cancha de Belgrano cuando estaba viendo un partido y comenzó un incidente en la tribuna. «La hinchada de Belgrano y los vendedores de gaseosa se agarraron a piñas. Yo me subo para ver y me pegan un botellazo fuertísimo, rodé por la tribuna y chau.», comenzó su relato ante la atenta mirada de Mario Pergolini.

Pese al golpe, la Mona logró llegar hasta su auto y manejar hasta el monoambiente donde ese momento vivía. Ya en su casa se acostó a dormir y se despertó… cinco meses después. «En el lugar del golpe no salió sangre. La lesión era interior. Estuve cinco meses en coma, no sabía si vivía o moría”, relató.

El cantante recordó que el golpe le provocó una lesión grave: “Me habían cortado el nervio de coordinación”, señaló. En ese momento, la intervención de un joven neurólogo, Juan Carlos Carranza, resultó clave para salvarle la vida: “‘Hay que operarlo ya, se seca esa vena y mañana este chico queda como un vegetal’, dijo el médico. Me operaron y ahí estuve cinco meses en coma”.

Finalmente, su despertar fue casi tan increíble como el accidente mismo: “Un día me desperté haciendo lo que podía, bajé de la cama y pensé: milagro, milagro, me desperté” y contó que “Lo primero que hice fue bajarme los pantalones y defecar en la habitación porque no coordinaba el cuerpo. Los médicos me dijeron que fue un milagro”.

Pero las secuelas fueron complejas y durante un año estuvo en rehabilitación donde aprendió de nuevo a caminar, hablar y hasta a ir al baño..“Comía como podía, quería entrar al baño y pegaba con la pared, hasta que se fue acomodando mi cabeza”, finalizó el relato de uno de los momentos más dramáticos de su vida.