“La naturaleza y sus tensiones”, del rumano Mogosanu es la ganadora de la Bienal del Chaco 2022

En el acto de cierre y entrega de premios fueron consagradas también “Permanencia 2150”, del surcoreano Sodong Choe, en segundo lugar; y “Vestido”, de la alemana Verena Mayer – Tasch, en tercer lugar. El premio del público fue para “Más allá de las nubes”, del argentino Juan Pablo Marturano, que además ganó una de las cinco menciones. La próxima edición de la Bienal del Chaco será del 13 al 20 de julio de 2024. 

“La naturaleza y sus tensiones”, del rumano Petre Virgiliu Mogosanu fue consagrada por el jugado como la escultura ganadora de la Competencia Internacional de la Bienal del Chaco 2022, en el acto de cierre de este evento y experiencia cultural de gran éxito que cumple hoy su octava jornada. Así, la edición 12° denominada “El legado”, en honor a Fabriciano Gómez, dejará su huella para siempre con las diez obras que a futuro serán emplazadas en la vía pública de Resistencia. La próxima cita será del 13 al 20 de julio de 2024. 

El jurado conformado por León Saavedra Geuer (Bolivia), Todor Todorov (Bulgaria) y Francisco Gazitúa Costabal (Chile) eligió a la obra “La naturaleza y sus tensiones” como el Primer premio “Nuevo Banco del Chaco”, que fue entregado por el presidente de la entidad Federico Muñoz Femenía, el titular de la Fundación Urunday, José Eidman y la vicegobernadora Analía Rach Quiroga.

El Segundo premio “OSDE” fue para “Permanencia 2150” del surcoreano Sodong Choe; y el Tercer premio “Aerolíneas Argentinas” para “Vestido” de la alemana Verena Mayer – Tasch.

En el acto de cierre estuvieron presentes la vicegobernadora del Chaco, Analía Rach Quiroga, junto al intendente de Resistencia, Gustavo Martínez, al presidente de la Fundación Urunday, José Eidman, y autoridades provinciales, del poder Legislativo, del Poder Judicial, y legisladores nacionales.  

Otros premios

Las cinco menciones especiales, de igual jerarquía que los demás premios, tuvieron estos ganadores: el Premio Femechaco fue para la obra “Transformación emocional” del georgiano John Gogaberishvili; el Premio Aeropuertos Argentina 2000 para “Señorita” del albanés Genti Tavanxhiu; el Premio Poder Legislativo del Chaco para “Nueva energía” del ucraniano Ihor Tkachivskyi; el Premio Palacios Hermanos para “Tensiones de la vida”, del esloveno Arijel Strukelj; y el Premio Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (FEGHRA) se entregó a “Más allá de las nubes”, del argentino Juan Pablo Marturano.

El Premio de los Escultores “Efraín Boglietti”, en el que los escultores de la competencia eligen entre ellos la mejor escultura, fue para “Permanencia 2150” del surcoreano Sodong Choe; el Premio del Público “Juan Alberto García”, en el que la comunidad puede votar, fue para “Más allá de las nubes”, del argentino Juan Pablo Marturano; y el Premio de los Niños “Reinaldo Martínez”, en el que los más pequeños pueden elegir su favorito, fue para la obra “La naturaleza y sus tensiones”, del rumano Mogosanu.

Todos los escultores y las escultoras que participaron del concurso internacional recibieron medallas y certificados que acreditan su paso por este certamen de gran renombre mundial; al igual que los tres miembros del jurado, y los escultores invitados.

Hasta las lágrimas: el recuerdo a Fabriciano a través de la música

Un momento de inevitable emoción en el cierre de esta Bienal tan especial fue el que recordó al creador de estos concursos, Fabriciano Gómez. Y para ello, la organización eligió destacar su amor por la música y en especial por el chamamé. Fue presentada así la concertista Marita Belia, quien interpretó La Oma, en piano solo y con arreglos propios.

Alejandro Acosta, compositor de la música de esta edición de la Bienal del Chaco, presentó luego “Recuerdos de Yparacai” interpretado en piano y el theremin, un instrumento electrónico de cien años de antigüedad con dos antenas.

Por último, Marcelo Nieto leyó un poema en honor a Fabriciano, con la canción “Merceditas” de fondo interpretada nuevamente por el piano de Marita Belia y Alejandro Acosta en violín, e imágenes de fondo que recordaban la vida del gran escultor chaqueño.