Los acusados del asesinato son padre e hijo. Serán indagados este lunes.
La novia de Franco Russo, el joven asesinado a balazos en la localidad bonaerense de Zárate, tendría un vínculo con uno de los asesinos, que sería clave para la causa. Miguel Ángel Pereyra, de 67, y Nicolás Pereyra, de 30, están acusados por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, luego de una discusión vecinal.
La fiscal de la Unidad Fiscal de Instrucción (UFI) N°7 de Zárate, Andrea Palacios, indagará este lunes a los acusados y también planea tomarle declaración a la novia de la víctima, ya que durante el fin de semana no se pudo hacer, por el shock psicológico que sufrió.
La novia de la víctima era vecina de uno de los detenidos y tenía problemas de convivencia y consideran que este podría haber sido uno de los motivos que desencadenó la discusión entre Franco Russo y Miguel Ángel Pereyra, de la que también participó el hijo de este último, Nicolás.
Los investigadores creen que los agresores y la víctima se habrían citado para encontrarse a pelear. Miguel Ángel y Nicolás estacionaron a unos metros de la puerta de la casa de Russo, quien esperaba en la vereda con intenciones de dirimir el conflicto a los golpes.
Cómo fue el crimen de Franco Russo en Zárate
El sábado al mediodía, en la esquina de Belgrano y Máximo Paz, un carnicero, identificado como Miguel Ángel Pereyra, comenzó a discutir por el lugar de estacionamiento con la víctima, Franco Russo, y terminaron a las trompadas.
En este contexto, el comerciante saca un arma y dispara cuatro veces contra Russo, ante la mirada de un vecino que circulaba en su bicicleta y su hijo, Julián quien estaba en un auto Volkswagen Golf blanco. Uno de los proyectiles impactó en el pecho de Russo, quien se alejó de sus atacantes intentado cubrirse la herida con la mano.
Tras el crimen, Pereyra y su hijo emprendieron la fuga y uno de las personas le arrojó un objeto contundente, rompiendo el vidrio trasero del vehículo. Si bien los vecinos llamaron al 911 de inmediato, la asistencia tardó más de lo esperado, y cuando llegó la ambulancia, el médico comenzó a realizarle maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) en la caja del patrullero, pero no pudo salvarlo.