El concierto, organizado por el Ministerio de Cultura de la Nación, reunió a 2500 niños, niños y jóvenes bajo la batuta de Gustavo «Popi» Spatocco. Contó con grandes invitados como Nadia Larcher, Nahuel Pennisi, Malena D’Alessio, Rolando Goldman y León Gieco.
La Orquesta Comunitaria Cruce Viejo del paraje rural de Puerto Tirol, se presentó este sábado en Tecnópolis (el parque temático de arte, ciencia y tecnología más grande de Latinoamérica), integrando la Gran Orquesta Federal Infantil y Juvenil, con entrada libre y gratuita.
Bajo el lema «La Cultura es la Sonrisa», el concierto organizado por el Programa Social de Orquestas Infantiles y Juveniles del Ministerio de Cultura de la Nación reunió a 2500 niños, niñas y jóvenes de orquestas sociales de todo el país. Contó con la dirección de Gustavo «Popi» Spatocco y la participación especial de grandes artistas invitados como Nadia Larcher, Nahuel Pennisi, Malena D’Alessio, Rolando Goldman y León Gieco.
Estuvieron presentes el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer; la directora de Tecnópolis, María Rosenfeld; el coordinador de las Orquestas Infantiles y Juveniles, y director del concierto, Rolando Goldman; la directora nacional de Diversidad y Cultura Comunitaria, Laura Bianchi, y el secretario de Gestión Cultural, Federico Prieto. La Cultura es la Sonrisa fue un concierto nunca antes visto en la Argentina con la orquesta más grande que haya tocado en el país.
En esta ocasión, el ministro Tristan Bauer, expresó: «Cuánta emoción sentimos al estar aquí, en Tecnópolis, con el acompañamiento de artistas extraordinarios. Cada uno y cada una de ustedes son protagonistas de este momento. Quiero agradecer a las y los trabajadores de la TV Pública que van a grabar todo el concierto y lo van a transmitir para todo el país».
«Es tiempo de defender lo público, la educación pública, la salud pública, nuestras orquestas. Y no es tiempo para destruir, es tiempo para, entre todos y todas, tomarnos de las manos, ser solidarios y construir un país más justo y más hermoso. Qué vivan las orquestas, qué viva la música, qué viva la cultura argentina”, remarcó.
Por su parte, Goldman destacó: «Estamos ante un hecho histórico que va a quedar para siempre en nuestras mentes y corazones. No es casualidad que hayamos podido concretarlo, porque estamos asistiendo a este hecho histórico no como espectadores, sino como protagonistas porque en cada barrio popular, donde hay una orquesta, se sabe cabalmente qué significa el trabajo. Nosotros concebimos estas experiencias como procesos, no como eventos. Es parte de un proceso con el que venimos trabajando desde hace mucho tiempo”.
«Estamos convencidos de que el arte y la cultura no son neutros, son terrenos de disputa entre distintos sectores sociales: están quienes quieren desarrollar políticas para mantener la dominación del pueblo; y están quienes llevamos adelante estas políticas públicas en el campo de la cultura para la transformación social. Y esa transformación la vemos en cada uno, es un trabajo colectivo que se va multiplicando por todo el país”, manifestó.
El Programa de Orquestas Infantiles y Juveniles
Se creó 2005 con el propósito de extender y consolidar en todo el territorio nacional un modelo de orquestas que tengan como premisa fundamental la socialización y el esfuerzo colectivo de sus integrantes. Funciona a través de un esquema de convenios con municipios, provincias y organizaciones de la sociedad civil.
Durante los últimos cuatro años, el Programa agrupa a 100 orquestas vinculadas, entre orquestas nuevas y otras preexistentes. De estas, 55 pertenecen al Programa Andrés Chazarreta y 45 al Programa Celia Torrá, dentro del cual se encuentra la Orquesta Comunitaria Cruce Viejo del Chaco.
Desde la Asociación Civil Cruce Joven, marco institucional en el que funciona la orquesta local, expresaron que se trata de «una experiencia inolvidable que permite tomar la dimensión de un objetivo común y del proceso colectivo que realizan las orquestas a lo largo y ancho del país, como políticas públicas».