La salud de Pelé se encuentra en estado crítico. El hospital Albert Einstein de San Pablo en el que está internado desde hace tres semanas informó que presenta una “progresión” del cáncer de colon que enfrenta y que está recibiendo cuidados para “disfunciones renal y cardíaca”.
Por la evolución de su cuadro clínico, por las condiciones de su enfermedad oncológica, tanto el paciente de 82 años como sus familiares atraviesan un proceso sensible: empiezan a despedirse.
El astro brasileño está en terapia intensiva y aislado. Lo esperan su mujer, Marcia Aoki, y dos de sus hijos, mientras otros que viven fuera del país ya están regresando para pasar los últimos momentos al lado de su padre. Pelé apenas puede hablar.
Su salud está profundamente deteriorada: empezó a fallarle los pulmones y el único riñón que le queda. Según informaron desde su seno íntimo, su corazón aún responde aunque se prevé que pueda sufrir algunas complicaciones en el corto plazo. Los médicos del hospital combaten ahora para prevenir los efectos de una involución aún mayor de su cuadro.
Por lo pronto, los familiares y las autoridades gubernamentales brasileñas ya están al tanto de la delicada salud del ex futbolista. Y empiezan a organizar su funeral: el plan sería realizar un velatorio íntimo para la familia y al cabo de unos días abrir la cancha del Santos, donde Pelé debutó en 1956 a los 16 años, para conmemorar una despedida popular. Se presume que los restos del astro descansen en un cementerio privado.