La terrible crisis económica de Miguel Romano, el peluquero de Susana

El estilista pasa por su peor momento desde que es famoso.

La pandemia y la crisis económica que atraviesa el país, terminó de afectar a todos los sectores de la sociedad. Desde los que menos tienen hasta lo que percibían un mayor ingreso, como en el caso de Miguel Romano, el estilista de Susana Giménez que atraviesa por un infierno laboral.

El aumento de precio, el dólar por las nubes, no saber cuánto cobrar por el desfasaje económico que se vive, son todas cuestiones que afectan a la peluquería del estilista. Más allá que Miguel sigue dando pelea, no sabe cuánto aguantará esta crisis.

Su profesión lo hizo recorrer el mundo y conocer a las estrellas más prestigiosas del país. Se involucró en casi todos los gobiernos debido a que la mayoría de las primeras damas de los presidentes, confiaban en las manos de Romano.

 
Pero de un momento a otro, todo se vino a pique en la carrera del prestigioso estilista. En una entrevista que brindó a Detrás de escena, por AM 540, en el programa que participan Daniel Gómez Rinaldi, Nicolás Peralta y Romina Carballo, contó cómo lo afectó el mal momento del país.

«Siento que esta es la peor crisis que viví en mi vida y nunca me sentí tan afectado. Hoy, por ejemplo, di caja cero y no entró un alma a la peluquería. A veces no llegamos a abrir la caja porque literalmente no entra nadie», comenzó relatando.

Sin querer opinar sobre el gobierno actual, Miguel confesó que esta situación lo superó y no encuentra otra salida: «Hoy no entró un alma y es desesperante lo que está pasando. ¿Si le veo salida a corto plazo? No, no lo veo pero tampoco me quiero meter en ese tema porque es político y no me corresponde. Yo hago belleza, no política».

Una de las cuestiones que le plantaron en la mesa de debate, es sobre la posibilidad de cerrar su negocio. Como otros tantos argentinos que tuvieron que finalizar con su comercio o emprendimiento, Romano sostuvo que buscará dar batalla hasta las últimas consecuencias.

«No, de ninguna manera. Tengo con qué mantenerla pero es cierto que con el tiempo fui achicando el staff y hoy tengo pocos empleados: un peinador, una chica para las extensiones, una persona que lava y peina pelucas, una manicura y mi señora que es quien recibe a los clientes», concluyó Miguelito.