Marina Pérez (32) continúa detenida por el asesinato de su colega Nidia Angulo (30). Los detalles de cómo terminó su relación con el novio de la víctima fatal y los Whatsapp que anticiparon el desenlace fatal
En la jerga policial «Charly 11» significa una persona muerta. Muchas veces, los uniformados utilizan sus códigos laborales en la vida real. Y así lo utilizó Claudia Marina Pérez (32) antes de ser detenida por el crimen en Guaymallén de Nidia Angulo (30), la policía asesinada hace una semana.
Durante 9 años, Marina Pérez y el policía Juan Pablo Romero (31) estuvieron en pareja. Fruto de esa relación tuvieron tres hijos, pero no siempre comieron perdices. Según declaró el efectivo, hoy testigo clave en la causa por el asesinato, ya había tenido una crisis con Pérez en 2016,cuando amenazó con quitarse la vida tomando medicamentos.
Continuaron juntos varios años más, hasta que en noviembre pasado Romero decidió separarse definitivamente. Un mes después comenzó su relación formal con Nidia Angulo y en simultáneo comenzaron los mensajes hostigadores de Marina Pérez. «¿Por qué te metiste en el medio?», «estás destruyendo una familia», fueron algunos de los Whatsapp que llegaron al celular de la víctima, quien decidió bloquear el número. Al mismo tiempo le pedía a su expareja «volvamos, yo te amo».
Romero y Angulo continuaron su relación y en los primeros días de febrero decidieron irse a vivir juntos. «Ella estaba contenta. Sus hijos vivían con nosotros», recordó el uniformado.

Siempre siguiendo su relato, el 17 de febrero pasado -un día antes del crimen en Guaymallén- Marina Pérez volvió a la carga con mensajes. «Sos un papá garrón porque te hacés cargo de sus hijos», comenzó a decirle su ex pareja.
Pero la tensión fue aumentando hasta que Marina Pérez le advirtió que «la vas a tener que llorar en un cajón a la boliviana culeada esa, la vas a tener que recordar en fotos». Cuando Romero le advirtió que estaba fuera de sí, la mujer le contestó «¿qué me puede pasar? Terminar en la cárcel o terminar Charly 11».
«Nidia me dijo que no haga la denuncia, que no iba a pasar nada, que perro que ladra no muerde. Si hacía la denuncia nos iban a quitar el arma reglamentaria y no íbamos a poder prestar servicio», declaró Romero en la causa.
Tras el hallazgo del cuerpo en la subcomisaría El Sauce, Romero recibió un llamado de la hermana de Nidia Angulo quien le preguntó dónde estaba la víctima ya que sabía que le había pasado algo. El policía comenzó a llamar a sus superiores, quienes le indicaron que fuera a otra dependencia. «Nadie me quería decir qué había pasado». Al llegar a la otra subcomisaría, le quitaron su pistola 9 milímetros «porque había ocurrido una tragedia» y lo dejaron aprehendido.

Crimen en Guaymallén
Nidia Angulo fue encontrada sin vida en la mañana del viernes pasado en la subcomisaría El Sauce. La uniformada se había dormido mientras hacía una guardia en soledad, ya que sus dos colegas habían salido a realizar un patrullaje. Tenía un disparo en la sien derecha, lo que motivó que se descartara rápidamente la teoría del suicidio ya que la víctima era zurda. Además, en el lugar faltaba su pistola 9 milímetros y su teléfono celular.
La necropsia del Cuerpo Médico Forense (CMF) determinó que el disparo que tenía la víctima no presentaba signos de resistencia, por lo que primó la hipótesis de que la policía fue ultimada mientras dormía. Debido a esto, Pérez fue imputada por homicidio agravado por alevosía y por el uso de arma de fuego, por lo que arriesga una pena de prisión perpetua.