Las condiciones que pondría Guillermo Barros Schelotto para ser técnico de Boca

El Mellizo es uno de los tantos nombres que circulan como nuevo entrenador del Xeneize y el preferido por los hinchas. En caso de que Riquelme lo llame, el exdelantero pediría algunos requisitos para regresar al club.

Tras la salida de Diego Martínez como entrenador, en Boca comenzaron a surgir distintos candidatos para ocupar el cargo. Si bien por el momento Mariano Herrón estará al mando como interino, el nombre que pica en punta no solo es el pretendido por la dirigencia comandada por Juan Román Riquelme, sino que es el favorito de los hinchas: Guillermo Barros Schelotto. No obstante, en caso de que el presidente del Xeneize lo llame -todavía no se dio el contacto-, el Mellizo tendría una serie de condiciones  que pediría para retornar al club.

Tras su paso como entrenador de la Selección de Paraguay, donde fue muy criticado por no conseguir la clasificación al Mundial de Qatar 2022, Guillermo se radicó en Estados Unidos, país donde tuvo un paso tanto como futbolista como luego de entrenador en Columbus Crew y LA Galaxy respectivamente.

Con su familia presente y ya con la adaptación hecha en Norteamérica, el Mellizo está en pleno trámite de la ciudadanía estadounidense, motivo por el que no podría irse de allí por un lapso de cuatro meses: estaría disponible para agarrar Boca recién en enero. 

Trato directo con Riquelme y sin relación con el Consejo

Quizás uno de los pedidos más delicados que tendría Barros Schelotto sería el no tener ninguna relación con el Consejo de Fútbol. Lo cierto es que desde el momento que Juan Román Riquelme se ligó a la estructura política de la institución Azul y Oro, Mauricio Serna, Marcelo Delgado y Raúl Cascini -en su momento también Jorge Bermúdez estaba presente- fueron quienes se encargaron de manejar la disciplina.

No solo están involucrados en los refuerzos que llegaron en los últimosaños, sino también en la delegación en distintos viajes o acompañando a los futbolistas juveniles a la firma de su primer contrato como profesionales. «Tuvimos que soportar que dijeran que, si no eran amigos amigos míos, no podían dirigir en las Inferiores. O que tenían que comer asado. Cuando faltan el respeto con tanta facilidad, molesta. Hay gente que cree que tiene el derecho de criticar a todo el mundo. A los muchachos les digo que tengan paciencia y no contesten. El tiempo pone las cosas en su lugar. Si debutaron 40 chicos en este tiempo es por los entrenadores que decían que no estaban preparados», había comentado Román hace poco en una entrevista con El Loco y el Cuerdo.

Ante esta imposición, a Guillermo le gustaría tener trato directo con el presidente del Xeneize, además de ser responsable de la totalidad del fútbol en el club. La mayoría de simpatizantes azul y oro lo tienen apuntado justamente por la idea voraz y dinámica que tuvo en su ciclo anterior, más allá de la dolorosa derrota contra River en la final de la Copa Libertadores 2018.

Guillermo Barros Schelotto quiere libertad absoluta para el equipo

Con el hipotético manejo total del fútbol, Guillermo desea libertad absoluta para decidir sobre los jugadores para el armado de su equipo. Esta cuestión estaría ligada a distintas decisiones del Consejo de Fútbol en los últimos tiempos. Un ejemplo concreto es la utilización de Pol Fernández a pesar de haber decidido no firmar la renovación de su contrato y ser constantemente reprobado por los hinchas a causa de sus actuaciones.

La situación del mediocampista fue rápidamente comparada con la de Nicolás Valentini, quien tampoco renovó su vínculo con el Xeneize pero sí fue colgado por parte de la dirigencia. No obstante, tras lo sucedido con Sergio Romero y su pelea con los socios en el Superclásico, el volante -uno de los más defendidos por el presidente- también fue definitivamente apartado del plantel.

De todas maneras, a pesar de las condiciones mencionadas, Juan Román Riquelme todavía no tuvo contacto ni con Guillermo Barros Schelotto ni con ningún otro entrenador hasta el momento. No obstante, una vez llegado desde Córdoba tras la derrota ante Belgrano, el mandamás de Boca se puso manos a la obra para no perder tiempo y definir el que será el sexto entrenador en su gestión.