En la primera mitad del año, las jubilaciones mínimas perdieron contra la inflación aún incorporando el bono de $70.000 que se mantiene fijo en ese valor desde el mes de marzo. El resto de las jubilaciones superó el índice inflacionario.
Según el Indec, entre enero y junio la inflación fue del 79.8%, mientras que las jubilaciones mínimas, incluyendo el bono, subieron de $160.713 a $276.931, es decir un incremento del 72.31%, lo que implica un 7,5% menos que la inflación.
Este universo abarca a más de 5 millones de personas. El bono de $70.000 viene licuándose desde el mes de marzo al no ser actualizado, y por ser no remunerativo, es decir, no se incorpora al haber ni se computa para el pago del aguinaldo.
Mientras que la PUAM (Pensión Universal al Adulto Mayor) perdió aún más: pasó de $139.570 en enero a $235.544 incluido el bono, un incremento del 68,76%, es decir, 11 puntos menos.
Las pensiones no contributivas, fueron las que más perdieron: pasaron de $128.999 a $214.852, lo que significó un incremento del 66,5%: 13 puntos menos que la inflación.
En cambio, el haber máximo, pasó de $711.346 a $1.392.450, lo que implicó una suba de 95.74%, es decir 16% más que la inflación.
De mantenerse este esquema en el mes de agosto, la pérdida de poder adquisitivo de los haberes mínimos será aún mayor.