“Las Yeguas” llegan al séptimo Festival Mulita

Como en cada edición, la organización del evento literario y reúne a escritoras y escritores más importantes del país.

El viernes 9 y sábado 10 de junio se realizará el Festival Mulita en el Club Social de Resistencia. “Creo que este Festival es uno de los más lindos de literatura que tenemos en el país. A eso le sumamos que tenemos la suerte de que sea en Resistencia”, desliza Claudia Masin y la felicidad invade su rostro.

La poeta conforma el grupo Yeguas junto a Diana Bellesi, Paula Jiménez España, Mariana Vacs y Sonia Scarabelli. Después de seis ediciones en el mítico Fogón de los Arrieros, la séptima entrega del Festival Literario Mulita desembarcará en el Club Social de Resistencia el 9 y 10 de junio, un lugar que se afirma como otro espacio emblemático de la ciudad.

Como en cada edición, la organización patea el tablero de cualquier evento literario y reúne a escritoras y escritores más importantes del país. Este año estarán presentes Diana Bellessi, Selva Almada, Dolores Reyes, Claudia Masin, Luciano Lamberti, Ana Paula Maia, Alfredo de Jorge, Eugenia Almeida, María Lobo, Paula Jiménez España, Mariana Vacs, Laura Aguirre, Diego Puig, Franco Rivero, Ernesto Gallo, Sonia Scarabelli, Evelin Bochle, Luba Malun, Pamela Fierro, Lucas Brito y Germán Parmetler.

“Estoy feliz de participar en el Festival Mulita. Estuve en una de las ediciones anteriores y fue una experiencia preciosa”, así comienza la charla con Claudia Masin, poeta y psicoanalista. Dentro de sus más recientes publicaciones se encuentran La desobediencia (ConTexto), La mujer maravilla y yo (Caleta Olivia) y el libro de ensayos Curar y ser curados (Las furias).

“Creo que Mulita es uno de los festivales más lindos de literatura que tenemos en el país. A eso le sumamos que tenemos la suerte de que sea en Resistencia, y esté organizado con amor por la literatura y con mucho criterio en la selección de les invitades”, explica. Claudia llega al festival con un grupo de amigas para una ronda de lectura, en esta charla relata cómo nació ese grupo y resalta el valor de la palabra en este contexto social.

“El valor de la palabra”

Claudia es de Resistencia, vivió en Buenos Aires y actualmente reside en Córdoba. Consultada acerca de dónde encuentra mayor inspiración, si en el contexto social o en la literatura, responde sin dudar: “Estoy un poco en cada lugar. La inspiración está en la lectura. No concibo escribir poesía sin ser a la vez una gran lectora de poesía y de otros géneros literarios. Además, está la inspiración en el afuera, la poesía es sobre todo una conversación con otre. Concibo la poesía como el inicio o la continuación de una conversación con otre que espero dure toda mi vida”.

— Vamos a hablar del Festival Mulita. Empecemos por lo más sencillo, ¿cómo surgió este grupo de Yeguas Poetas con el que vas a participar?

— Las Yeguas somos un grupo de amigas. Esta será nuestra cuarta lectura compartida. En julio de 2022 nos encontramos en un festival en Casilda, Santa Fe. En esa ocasión nos encontramos cuatro de las hoy cinco integrantes. Sonia, Diana, Mariana y yo nos encontramos en Casilda, fue en un encuentro tan hermoso que decidimos volver a vernos antes de que termine ese año.

Todas somos de diferentes lugares del país. Diana una parte del año vive en CABA y la otra parte en Zavalla, Santa Fe. Sonia y Mariana en Rosario. Yo vivo en Córdoba. Paula en la provincia de Buenos Aires. Así que es un esfuerzo juntarnos, pero nos reúne el placer de encontrarnos. Somos cinco poetas que se quieren y creen en la escritura de las otras. Nos juntamos en diciembre en Rosario y tuvo una gran resonancia. Eso nos decidió a volver a juntarnos en CABA, también con un auditorio completo.

— ¿Por qué el nombre?

— Cuando estábamos organizando nuestras primeras lecturas pensamos en tener un nombre. Así surgió Yeguas. Las resonancias son reconocibles. El término se utilizó como gesto burlón por parte de la patronal agropecuaria hacia Cristina Fernández de Kirchner en el 2008. Ese mote de yegua con una connotación negativa sugería que una mujer era soberbia y agresiva. A la vez calificar así a una mujer era quitarle todo rasgo de humanidad, despersonalizarla.

Nosotras decidimos resignificar esa palabra. Qué mejor que la poesía para resignificar las palabras. Nosotras nos apropiamos de este término que era insultante en su origen y lo transformamos en un término con el cual nos sentimos orgullosas. Para nosotras una yegua es ser poderosa, fuerte, impetuosa, ante todo, una mujer libre.

— Hay una línea temática en los poemas que van a leer, ¿cómo será la selección de poemas?

— Al momento de leer, cada una de nosotras tenemos libertad para elegir los textos que deseamos leer. En mi caso, siempre mi lectura se cierra con un poema que se llama Nadie sabe lo que puede una yegua. Un poema que está publicado en mi libro La mujer maravilla y yo. Ese poema es lo único fijo porque es como un himno del grupo, nuestro grito de guerra. Cada una selecciona su lectura, no leemos lo mismo y no tenemos un hilo abiertamente político.

— ¿De qué tratan entonces los poemas?

— De muchas cuestiones. Tenemos que tener en cuenta que la poesía es escrita en una sociedad, en un momento y en un contexto determinado.

— Hoy los temas sociales dominantes son las elecciones y la inflación, en este marco, ¿por qué leer o por qué escuchar poesía?

—En este contexto más que nunca necesitamos con urgencia recuperar el valor de la palabra, creo que venimos de muchos años en los que la palabra se fue devaluando. Hablando de devaluación lo primero que se devaluó en este país fue la palabra. Cuando desde los lugares de poder se prometieron medidas de gobierno o planes que después no se cumplieron. Esas palabras se vaciaron. Una de las peores cosas que le pueda pasar a una sociedad es vaciarse de palabras, porque eso lleva a la desilusión, al desánimo, a perder cualquier tipo de motivación. Si uno siente que la palabra no tiene valor, el futuro inevitablemente se ve negro. Creo que la poesía lo que hace es comprometerse con la palabra y darle un valor. Estamos todes necesidades de reencontrarnos con el valor de la palabra.

Las palabras están ligadas indisolublemente a los actos o deberían estarlo. Me parece que gran parte de la situación en la que estamos es porque los actos de los que tienen el poder de gobernar van en un sentido inverso a lo que dicen. Me preguntas por qué leer poesía, la respuesta es “porque la poesía es el lugar donde las palabras y los hechos no están disociados”.