Lo acusaron de matar a un taxista, estuvo preso durante tres años y era inocente

Tiene 21 años y fue detenido por el robo y homicidio de un chofer. Los jueces lo absolvieron luego de haber estado en dos cárceles. Tras quedar en libertad, contó que pudo estudiar para ser peluquero y que no pudo despedir a su padre cuando murió. 

Un joven de 21 años estuvo preso durante tres años acusado de un crimen que no cometió: el crimen del taxista Mario Esusy, asesinado a tiros en un robo en el barrio Ludueña de Rosario. La Justicia provincial lo absolvió esta semana tras un fallo que esperaba desde el 20 de abril de 2019 cuando fue detenido.

Se trata de Ignacio Damián Pedernera, quien fue condenado por la tenencia de una pistola calibre 22 que fue secuestrada en su domicilio de barrio Cotar. Además de ese delito, el fiscal de Homicidios Dolosos Patricio Saldutti le atribuyó otros dos, entre ellos el homicidio.

Al cumplir un año de prisión efectiva y por el tiempo transcurrido tras las rejas, el muchacho recuperó la libertad después del fallo del tribunal integrado por los jueces Rodolfo Zvala, Nicolás Vico Gimena e Ismael Manfrin.

En su decisión, los magistrados consideraron que los testigos de la acusación presentaron contradicciones al identificar a Perdernera; y los datos recopilados de conversaciones del joven a través de WhatsApp sugerían que no estaba en la escena.

Pedernera contó en una entrevista que pudo profesionalizarse como peluquero en la cárcel y que su intención es trabajar en una barbería. «En la cárcel tenés que sobrevivir. Yo soy de clase baja. Cortando el pelo sobreviví. El que dice estando preso que pasó hambre es porque no se la rebuscó. Yo pasé hambre, frío y seguí. Hay que seguir para adelante siempre», aseguró.

Mientras estuvo preso, su padre Hugo murió de un paro cardiorrespiratorio el 13 de agosto del año pasado. “Nunca lo pude ver desde que me detuvieron. La unidad no me permitió ni ir al velorio. Fue muy duro. No tengo palabras para describir lo que viví. Pero Dios es grande y sabe», dijo. 

Antes de ser detenido, contó el joven, “no creía en la religión, pero respetaba”. Sin embargo, en los pabellones de Piñero y Coronda, donde estuvo detenido, comenzó a entablar relación con pastores católicos que iban a visitar a los reclusos. “Te escuchaban, te comprendían la carga y los problemas que uno tenía. Le pedía a Dios día y noche. Y voy a seguir agradecido, y voy a ir a la iglesia”, subrayó.

Y continuó: “No sé si fui un perejil. Sí inocente. En la cárcel viví frío, hambre y otras cosas que yo te las puedo contar, pero no las vas a entender si no las ves o vivís. A mí la cárcel me maduró mucho en mis cosas. Una vez estuvimos en aislamiento una semana en Coronda por embrollos del pabellón. Estuve siete días en un baño. Y en Coronda las celdas no tienen ni inodoro”. 

Además pidió justicia por el crimen del taxista: “Me gustaría que encuentren a los verdaderos culpables. El dolor, el vacío de esa familia no se lo va a llenar nadie”.

Así fue el asesinato del taxista

El crimen de Esusy, de 62 años, ocurrió el 18 de abril de 2019, en la esquina de Casilda y Formosa, en  Rosario, cuando tres delincuentes en moto.

La víctima forcejeó con uno de los asaltantes y si bien intentó escapar,  fue asesinado con un arma 9 milímetros. El homicidio derivó en una protesta de taxistas, que paralizó la terminal de ómnibus en plena Semana Santa de 2019.

Un testigo identificó por su apodo a Pedernera, que no tenía antecedentes penales, y luego lo señaló en una rueda de reconocimiento, por lo que fue detenido a los pocos días del hecho.