El delantero no desaprovechó su oportunidad en el Superclásico, el Muñeco apostó nuevamente por él entresemana y le respondió con el tanto para meterse en semis.
Ganarle a Boca en La Bombonera y conseguir el pase a semifinales de la Copa Libertadores, todo en un rango de apenas tres días, redondean lo que Marcelo Gallardo definió en conferencia de prensa como «una semana mágica». Y si de semanas mágicas hablamos en River, claramente se puede puntualizar en la de un protagonista especial que se destacó el domingo y ayer volvió a hacer lo propio: Facundo Colidio.
Aunque venía sumando minutos y siempre estuvo en los planes del Muñeco desde que retomó el mando para iniciar su segundo ciclo en Núñez, al menos hasta ahora el delantero que se formó en La Ribera no era una pieza titular. Alternó alguna que otra salida desde el arranque, pero mayormente esperó en el banco y tuvo acción como parte de un segundo pelotón de batalla.
Sin embargo, si algo demostró Gallardo en sus largos años dirigiendo a River -y ahora nada ha cambiado- es que juega el que mejor está. Ningún nombre se pone por peso específico ni por historia. Si estás bien, jugás, como bandera. Y la muestra fehaciente de ello la dio justamente con Colidio, que formó parte de este equipo alternativo que dio el golpe en La Bombonera y, como se destacó con creces, tuvo una nueva chance en el mata-mata de Copa Libertadores.
Siendo picante, desequilíbrate y participando del gol de Manuel Lanzini, el ex-Tigre sumó varios puntos ante el eterno rival, le ganó la pulseada a Claudio Echeverri y se metió en la formación inicial contra Colo-Colo. ¿Cómo le respondió al espaldarazo de su DT? Con el gol de la victoria ante el Cacique que catapultó a River a semifinales de la Copa Libertadores.
Un toque sutil a pura categoría, entrando solo por el segundo palo ante la desatención de Arturo Vidal (quedó colgado en el fondo y habilitó a todos), fue la clave para que el Monumental estallara de felicidad y el Millonario se ilusione una vez más con ser campeón de América. Colidio y una semana mágica.