Lo mató a golpes un patovica, su familia donó sus órganos y hoy quien los recibió está a punto de ser abuelo

Martín Castelucci tenía 20 años cuando un empleado de seguridad de un boliche le quitó la vida a trompadas. Ocurrió en diciembre de 2006. Actualmente, la hija del hombre beneficiado por un trasplante hepático que autorizó la familia del joven está por dar a luz. Conocé el antes y el después del futuro abuelo.

«Martín Castelucci tenía 20 años cuando un patovica de un boliche lo mató a golpes. Falleció en diciembre de 2006. Por esas cosas de la vida, compartimos sala de terapia intensiva en el IADT (Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento)», relató la periodista Marcela Ojeda.

La comunicadora, en un tuit, agregó: «Allí conocí a su familia, que decidió donar sus órganos». Y, de inmediato, citó un posteo en la misma red social del padre de la víctima, Oscar.

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El hombre, en ese tuit, expresó que «los milagros existen» y adjuntó dos fotos. En una está una persona llamada Julio, junto a su hija Natalia. El, notablemente desmejorado, permanece a la espera de un trasplante hepático. Fue tomada en 2006.

En la otra imagen, el mismo hombre, con aspecto saludable, abraza a su hija, pero 15 años después. «Pletórico y ella tiene en su pancita el/la que va a ser el primer nieto de Julio», resaltó Oscar.

«Martín fue el donante. Si esto no es el milagro de la vida, ¿cuál podriá ser?», escribió en el tuit el hombre y finalizó: «Sé donante, que la vida te da oportunidades maravillosas como ésta».

El asesinato del joven: un caso que conmovió al país

Martín Castelucci, de 20 años, era un estudiante de Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Salió a bailar a principios de diciembre de 2006 y discutió con un patovica en la puerta del boliche “La Casona” del partido bonaerense de Lanús, porque no dejó entrar a uno de sus amigos. Fue sometido a una paliza por el empleado de seguridad. Cuatro días después, el joven murió producto de los golpes.

Una madrugada de verano, la puerta de un boliche y una golpiza mortal, que quedó registrada por cámaras de seguridad. Se impone la similitud con el posterior caso de Fernando Báez, estudiante de Derecho de 18 años que fue asesinado por una patota de rugbiers en enero de 2020 en la ciudad balnearia de Villa Gesell. De igual forma, conmovieron al país.